María José Salgueiro, una política con amplia trayectoria en la Junta, en la que llegó a ocupar el cargo de consejera, es ahora, cuando ejerce como viceconsejera de Administración y Gobierno del Territorio, la encargada de llevar a buen puerto uno de los proyectos estrella del PP para la presente legislatura, la ley de Ordenación, Servicios y Gobierno en el territorio. La pasada semana estuvo en Segovia, para explicar ese proyecto de ley. Y quiso tranquilizar tanto a los municipios, que no desaparecerán con la futura ley, y a la Diputación, que saldrá reforzada con la misma.
Pregunta.— ¿Por qué hace falta una ley de ordenación del territorio en Castilla y León?
Respuesta.— La ordenación del territorio es necesaria siempre, en cualquier comunidad autónoma, en cualquier país… pero, dadas las características de Castilla y León, en lo referente a su gran cantidad de municipios, aquí es más necesaria, si cabe (…) El consejero de Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, ya dicho que esta ordenación persigue fortalecer el municipalismo. Lo que queremos es garantizar en las mejores condiciones los servicios que ahora se están prestando a los ciudadanos de Castilla y León, pero sobre todo a los del medio rural.
P.— ¿En qué pilares se asienta esta ley de ordenación del territorio, cuyo proyecto ya ha sido aprobado por el Consejo de Gobierno a primeros de abril?
R.— El proyecto de ley tiene tres partes bien diferenciadas. La primera, la ordenación espacial del territorio. La segunda, la adaptación en un plazo de tres años de los servicios de la Junta a esa ordenación. Y, finalmente, el gobierno del territorio, a través de una herramienta como son las ‘mancomunidades de interés general’
P.— Cuando empezó todo el proceso que acaba de concluir con la aprobación del proyecto de ley de ordenación, se hablaba mucho de “distritos”, pero últimamente ese término se ha sustituido por el de “unidad básica de ordenación”. ¿Qué es una unidad básica de ordenación?
R.— Inicialmente se utilizó el término “distrito” porque considerábamos que era adecuado. Pero luego se vio que no se entendía bien, que inducía a error. Si una administración pública comprueba que una iniciativa suya provoca dudas e inquietudes por una cuestión terminológica, se cambia y ya está. No hay más problema (…) Una ‘unidad básica de ordenación’ es una unidad que surge de un reparto del espacio. Se delimitan zonas, en base a unos criterios, que son los que se fijan en el proyecto de ley. Hay unos criterios de población y otros de densidad, que son alternativos (…) Ahora mismo se está en el proceso parlamentario de esa ley, y estamos buscando, por encima de todo, el consenso con el resto de los grupos políticos, porque entendemos que es un proyecto de comunidad, no temporal, que debe estar al margen de los vaivenes electorales (…) Dicho esto, hay que advertir que es posible que alguno de esos criterios se modifiquen en este intento de llegar al consenso.
P.— Para aclarar, ¿dentro de una ‘unidad básica de ordenación’ puede haber varias mancomunidades de interés general?
R.— Una mancomunidad es una asociación voluntaria de municipios para la prestación de servicios. Y es posible que una mancomunidad grande agrupe a municipios que pertenezcan a más de una ‘unidad básica de ordenación’. Se sobreentiende que los municipios que quieran pertenecer a una mancomunidad buscan ser más eficientes.
P.— Las mancomunidades ahora existentes en Segovia, ¿encajan en el nuevo dibujo que se está elaborando?
R.— Habrá algunas que encajen y otras que no. Para que una mancomunidad sea de interés general deberá reunir una serie de requisitos. Por ejemplo, un municipio solo podrá integrarse en una mancomunidad, no en varias… Hay mancomunidades que están funcionando muy bien y otras que no son lo mismo de eficaces. No resulta lógico que un municipio forme parte de una mancomunidad para un servicio y de otra para otro.
P.— En la provincia de Segovia hay cierto batiburrillo porque dentro de las comunidades de villa y tierra, históricas, se han llegado a crear recientemente mancomunidades, con lo cual se duplicaban los servicios. ¿Qué encaje tienen las comunidades de villa y tierra, características de Segovia, en la futura ley?
R.— Las comunidades de villa y tierra están salvadas dentro del proyecto de ley. Llevan siglos funcionando y, por lo que cuentan, lo hacen fenomenal. La Junta no va a ir contra las singularidades que existan (…) En Segovia hay mancomunidades que, en vista del proyecto de ley, están intentando ajustarse a él. Las mancomunidades que ahora existen deben transformarse, adaptarse, para que en el futuro reciban la configuración de mancomunidades de interés general.
P.— Ayuntamientos segovianos como Navares de las Cuevas o Perosillo, con cerca de veinte empadronados, ¿tienen futuro de acuerdo con el proyecto de ley?
R.— Nosotros lo hemos mantenido siempre: los municipios deben pervivir. Y con esta ley van a pervivir, y van a seguir teniendo funciones. Eso no quita que formen parte de una mancomunidad, una figura que tiene tradición en Castilla y León, y que ahora intentamos mejorar, para que sean más eficaces.
