2011 es un tanto especial por aquello de sus 50 años de alternativa. ¿Es muy dado a estas efemérides?
Pues no mucho, como tampoco soy supersticioso. Tanto es así que la alternativa la tomé el 13 de mayo coincidiendo con el décimotercer festejo en el que actuaba aquel año. Y no es que fuera en contra de nada, sino que siempre he pensado que el 13 es un número más. Sin embargo, como hombre de fe que soy, ese día me hizo ilusión tomar la alternativa ya que era la Virgen de Fátima.
Dentro de un mes se presenta su libro El Viti: La leyenda. Adelántenos un poquito sus contenidos…
Me emociona ya no el hecho en sí del libro, sino el que haya sido prologado por Vicente del Bosque a quien siempre he admirado como amante del fútbol que soy y por ser un ejemplo de humanidad. En el fondo es un halago que me empequeñece. En cuanto al contenido, pues cuenta de todo, momentos buenos, menos buenos e incluso malos. Vivencias y profundidades que he sentido en mi profesión. También hay alguna cosa inédita que por ser real conviene que se sepa. Pienso que Paco Cañamero lo ha sabido plasmar todo ello perfectamente.
Seguro que recoge esos tiempos en blanco y negro mucho más románticos que los actuales
Era otra época y así se recoge en el libro. Yo no hice tapias porque tuve la suerte de ser un privilegiado en atenciones dado que solía ir de invitado al burladero, si bien sufriendo los mismos avatares que los tapias. Gracias a Dios todo ha cambiado para bien. Aquello no era una base única y menos aún un cuento de hadas como algunos pudieran creerse ahora. Y el cambio experimentado ha sido, en general, a mejor, de ahí que crea firmemente que las ilusiones deben de estar en el futuro aunque los inicios sigan siendo igual de duros que entonces.
Pero la historia siempre es importante
Desde luego. Si somos capaces de saberla desmenuzar tranquilamente, con temple y amor, ha de servir para encarar mejor el futuro. Es decir, no conviene quedarse en el pasado, sino sacar provecho a la historia.
Tomó la alternativa en Las Ventas abriendo la puerta grande, preludio de esas 14 que conseguiría en su carrera. ¿Fue éste su hito más importante?
Pienso que no. El paso de los matadores de toros es el poso que dejamos en la mente de los aficionados y no las anécdotas. Los datos son importantes, pero lo que yo valoro más es el hacer de mi profesión y el sentir captado por el aficionado para catalogarme.
Sufrió muchos percances y algunos bastante graves
Las equivocaciones, cuando uno está dispuesto a asimilarlas, siempre acaban siendo positivas. Y es que si tienes la suficiente fuerza para digerirlas acaban valiéndote de cara al futuro para no volver a incurrir en ellas. Por lo tanto, cada cornada, cada percance fue una enseñanza más.
¿Los toros le dieron más dinero que prestigio?
La vida siempre me ha dado más cosas que necesidad por conseguir.
Pero es que pasó de ser figura del toreo a un fenómeno social
Todo pasa en la vida y sólo queda en esencia lo que la gente quiere. Jamás me creí nada más que un hombre de carne y hueso que actuaba en la profesión acertadamente elegida. Por fortuna los toros me han dado más de lo que yo nunca pude soñar e imaginar.
¿Cuál fue su faena perfecta?
Siempre me quedé insatisfecho con lo que hacía, pues pensaba que era capaz de mejorar aquello, incluso en las tardes que fueron catalogadas como de grandes triunfos.
¿Qué matadores actuales le recuerdan más en sus formas?
Todos los que toreamos tenemos muchas más similitudes que lo contrario. Lo único que nos diferencia es esa forma particular que cada uno tenemos a la hora de interpretar el toreo, en definitiva es la personalidad lo que nos hace únicos a todos.
Su retirada definitiva en Valladolid, entre pitos. ¿Le dolió?
Al contrario. Fue una lección de humildad. Y hoy es el día que sigue siendo la tarde de la que más me acuerdo. Nuestra profesión encierra, entre otras muchas cosas, una gran pasión que a veces cuesta digerir, siendo fácil que acabes cayendo en la vanidad. Y para que eso no te ocurra lo mejor es una lección de humildad como la que me sucedió en mi retirada, que seguramente me hacía falta.
Por último, ¿fue un rebelde cuando estuvo en activo?
Por supuesto que sí. Es más, diría que era el único rebelde que había en aquella época. Acataba las ordenanzas reglamentadas, pero me rebelaba cuando veía que no había la flexibilidad que requiere una profesión como la nuestra. Eso llevó a que tanto a mí como a los miembros de mi cuadrilla nos impusieran multas importantes e incluso pasáramos alguna noche en chirona. Es decir, rebelde sí, pero no anarquista.
«Se precisa una reestructuración firme de la Fiesta».- Y sobre la salud de la que goza la Fiesta ¿qué opina el doctor?
Siempre se ha pasado de los momentos álgidos de pasión a los avatares. Los altibajos han sido una constante en el toro. Y ahora estamos sufriendo una mala época. Nada más. Lo importante es que de estos momentos de crisis salgamos reforzados, como ya ha sucedido en épocas anteriores.
¿Por qué se ha llegado a esta situación?
Quizá por no haber potenciado determinados aspectos para que la Fiesta de los Toros tuviera la fuerza que realmente ha de tener.
¿Interior o Cultura?
No creo en que un determinado ministerio u otro vaya a ser el salvador. De lo que no cabe duda es de que se trata de una profesión artística. Pero por encima de todo se precisa una reestructuración firme, empezando por potenciar lo básico: las capeas, las escuelas y los toros en el medio rural, donde siempre estuvo el cimiento de la Fiesta Nacional. Ahí es donde hay que incidir.
