Este pasado viernes participaba en una mesa de debate en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid con el lema ‘España después del covid’, en la que expuse los motivos y las causas que nos habían llevado hasta la situación actual, y la nefasta gestión del peor Gobierno posible, en el peor momento posible.
Comencé mi intervención recordando la moción de censura de finales de mayo de 2018, en la que Mariano Rajoy entregó España a Sánchez (pudo disolver las Cortes y convocar elecciones), que venía de obtener el peor resultado de la historia del PSOE con 85 escaños y que fue el comienzo de la pesadilla que padecemos hoy en día.
Pero me quedé corto, porque la decadencia de nuestro sistema democrático se ha fraguado precisamente durante este periodo. Sánchez es el culmen de una sociedad que ha abandonado sus raíces y de una nueva religión que pretende sustituirnos: la Agenda 2030, que esconde un pensamiento único que nos dictará qué hemos de pensar, qué hemos de decir y qué hemos de enseñar a nuestros hijos, cuándo debemos nacer y cuándo morir.
Todo comienza con el ataque a la familia, degradándola a la nada, usurpando incluso su rol como crianza de los hijos (propio de estados comunistas) y la exclusión de toda identidad o signo sagrado, donde se ha conseguido que las escuelas cristianas imiten a las laicistas, haciendo desaparecer todo rastro del componente cristiano de nuestra civilización en el sector de la vida política, social y económica.
Un ejemplo es la diáspora venezolana, donde el régimen chavista obliga a los padres a abandonar a su familia para buscar una mejor forma de vivir, irrumpiendo el ciclo normal familiar, provocando tristeza y, en muchos casos, un daño irreparable; provocando no solo separaciones de los padres y suicidios, sino también sujetos aislados fácilmente manipulables. En España, las políticas progres (PP-PSOE) que se han ido imponiendo cada año han provocado mayor intrusismo en la familia y mayor desestabilización.
Otro dato importante afectado por estas políticas que actualmente tiene España es que tiene un índice de fecundidad de 1,18 hijos de media por mujer, contra los 2,54 de 1978. Un hecho que provoca que, al tener un índice de fecundidad inferior a 2,1 (fecundidad de reemplazo) por mujer, no se garantice una pirámide de población estable.
España está evidenciando una renuncia a su origen y a sus raíces
Mientras, desde que Sánchez es presidente, 164.000 inmigrantes han entrado en España de forma ilegal. Inmigrantes, por cierto, de culturas completamente diferentes a nuestras raíces cristianas con el objetivo de sustituirnos y de recibir y acaparar aquellas ayudas que necesitan nuestras familias.
Por otro lado, España está evidenciando una renuncia a su origen y a sus raíces. Según las estadísticas, el porcentaje de personas que se definen como católicas en España ha bajado desde el 90,5 por ciento en mayo de 1978 hasta el 55,4 por ciento en octubre de 2021, la cifra más baja de la historia. Será coincidencia o no, pero demuestra la pérdida de valores y principios de aquellos que nos lo enseñaron todo. Nuestros abuelos. No renunciemos a ello. Por eso, esta pérdida de identidad y de valores, maquillada con las purpurinas del progreso, hace cada vez más manipulable al individuo, dejándolo indefenso frente a todo tipo de mensaje relativista.
Frente a estas ideologías progres y agendas globalistas, Vox ofrece la Agenda España con el objetivo de proteger a todos los españoles, atender sus necesidades y dotar a las próximas generaciones de un horizonte de libertad, igualdad, prosperidad, justicia y respeto por sus valores, raíces y tradiciones.
(*) Diputado de Vox por Segovia
