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No me hables de septiembre

por Gonzalo Vázquez
20 de agosto de 2022
en Tribuna
GONZALO VAZQUEZ
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¿Naviqué?

Modelos de defensa

La última curva

Dios necesitó seis días para hacer el mundo y las vacaciones pagadas necesitaron siglos. Y se nota. Solo hay que ver cómo está el mundo y como se está de vacaciones. España se divide entre quienes ya están trabajando y rumiando el apocalipsis de septiembre y los que todavía están de vacaciones y no quieren ni oír hablar de paro, tipos de interés o inflación. Hace 40 años, que es el doble de nada según la aritmética tanguera, estrenábamos la chupa del invierno en las fiestas de La Granja o de El Espinar. Hoy nos conformamos con quitar el aire acondicionado para dormir. Aun así, hay quien no quiere verlo porque con el cambio climático estamos ante lo que podríamos llamar “el dilema de Castillejo”, el mejor boxeador español de la Historia apodado “El Lince de Parla”. La paradoja consiste en que lo que es bueno para el lince es malo para Parla y viceversa. El diésel, las luces y el Kentucky Fried Chicken traen progreso y trabajo, pero no son sostenibles ambientalmente. Los abanicos, las bicis compartidas y los tomates en las ventanas no generan huella de carbono, pero tampoco empleo y rentabilidad.

Hace unos días puse a la venta algunos objetos en buen estado que ya no utilizaba. Entre ellos un ventilador y un cubo de reciclaje. Por el primero recibí doce mensajes y uno por el segundo. Parla es España y el lince es Malta. El capitalismo perjudica seriamente la salud del planeta, pero genera adicción. Si alguien tiene dudas del enganche que provoca el estilo de vida conocido solo tiene que oír las conversaciones de la vuelta de vacaciones. Oímos “he desconectado” o “he cargado las pilas” como asunción de que somos engranajes de una maquinaria que necesita energía. Por eso, como con los fumadores, hemos pasado del “lo tengo controlado, lo dejo cuando quiera” al “de algo hay que morir”. Es más fácil cambiar de argumentos que de hábitos. Oímos “las energías limpias son más caras, también son sucias, mientras los chinos no quieran, hay que sacar la ideología y meter la tecnología” …total, si el enfisema va a ser para nuestros nietos, sigamos echando humo. El Gobierno va a hacer de la emergencia climática su argumento para justificar los datos y los esfuerzos de septiembre. Tomar la bandera de la lucha contra el calentamiento global es una obligación. Es la guerra de nuestra generación, pero hay que tener en cuenta el dilema de Castillejo, el poder de la adicción y el nivel de hartazgo de los trabajadores que no se sienten responsables de lo mal que va el mundo. Cuando Prometeo robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, estos cocinaron y bailaron en las hogueras hasta sentirse como dioses. Desde el Olimpo abrieron la caja de Pandora con todos los males del mundo para bajarles los humos, porque los hombres no entendían porque tenían que renunciar a trabajar y estar calientes.

El PP asiste al espectáculo mandando un frente frío y otro cálido. Un día dice apoyar las medidas de ahorro y otra llama “Lady Apagón” a la Ministra. Un día empatizan y otro “apalizan” al Gobierno. Apuestan por el desgaste porque creen que Feijóo es percibido como el adulto que entra en la habitación donde los niños se pelean a oscuras y enciende la luz. Vox se mantiene en su “terraplanismo” de que lo del cambio climático ha existido siempre y Podemos pide que les pongan nombres de empresas energéticas a las catástrofes naturales para señalar culpables y no estigmatizar a las pobres Filomenas o Katrinas. La primera contaminación que habría que reducir es la demagogia. Incendia los consensos, que es donde crecen las soluciones.

En septiembre asistiremos a esa nueva ducha escocesa popular con motivo del indulto a la prisión del expresidente andaluz Griñán. Moreno Bonilla dirá que no debería ir a la cárcel y Ayuso que no debería salir y entonces aparecerá Feijóo para frenar los anticiclones, las borrascas y los “anticlones” sanchistas poniéndose en el lugar de los españoles y diciendo que no le gustan estos líos y que nos centremos en lo importante. Sin especificar. El PP va a jugar al achique de espacios dándole un bidón de gasolina a la madrileña y una manguera al gallego. Hasta que al PSOE le salgan sabañones de tantos cambios de temperatura. El PP sabe que no va a recuperar Cataluña o Euskadi en un año, pero aspira a quedarse con todas las Parlas españolas poniendo a prueba el neopreno natural de Sánchez. Si sale mal, siempre pueden echar la culpa a Casado. Como cantaba Green Day, despiértame cuando acabe septiembre.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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