Rui Fernando Da Gracia Gomes es la voz experta de la zaga azulgrana. A sus 36 años, este central con orígenes bercianos y de Guinea Ecuatorial ha construido una larga carrera en el fútbol de Castilla y León (Ávila, Palencia o Bembibre) y en islas exóticas como Chipre o Malta. Destaca el vestuario de la Segoviana como uno de los mejores que ha conocido, señala la humildad como clave para asegurar el ascenso a Segunda B y repasa su experiencia con el Covid: 17 días de cuarentena entre los dulces ladridos de su dálmata ‘Kaiser’.
— En esas semanas en las que todos los equipos se juegan todo, ¿cómo se ve la vida con 53 puntos de 60 en juego?
— Se ve bien, evidentemente. No nos vamos a engañar. Estamos en una posición privilegiada, pero también hay que valorar el trabajo realizado anteriormente. Si tenemos esos puntos, nos lo hemos merecido porque hemos sido un equipo muy regular. Quitando a lo mejor la derrota de Miranda y algún otro partido, el equipo sigue trabajando bien. Todos y cada uno de los puntos han sido merecidos y trabajados a diario.
— ¿Cuál es la fórmula de una temporada casi perfecta?
— El grupo, en todo lo que conlleva: jugadores, cuerpo técnico, directivos, utilleros y otra gente que ayuda a que todo funcione lo mejor posible. La unión que tenemos, el buen rollo y el ambiente que hay ayuda mucho. Al fin y al cabo, los resultados acompañan y facilitan el proceso, pero este vestuario es uno de los mejores si no el mejor en el que he estado. Y mira que he pasado por vestuarios…
— ¿Qué le aporta la Segoviana a un jugador tan cosmopolita?
— Me ha aportado poder seguir peleando por objetivos altos, me da igual en Tercera que en Segunda B. Por ascender, por ser un equipo ganador. Me ha permitido conocer un grupo de gente maravillosa y una ciudad fantástica. También me da la posibilidad de estar cerquita de casa. Vivo en Madrid y puedo desplazarme a diario a Segovia. Después de muchos años fuera, se valora mucho tener a la familia cerca y disfrutar de esas pequeñas cosas que no tenía a diario.
— ¿Hay que irse a Malta para valorar las cosas de casa?
— Son experiencias diferentes. Allí también disfruté muchísimo porque te da la opción de pelear torneos internacionales, aunque sean previas. Llegué a un punto en el que si me tenía que quedar en España, quería jugar cerca de casa en un equipo competitivo. Tuve la fortuna con la Segoviana y también hace un par de años en Villarrubia, que también salió muy bien. El proyecto que me vendió el club fue magnífico y estamos en el camino correcto, aunque sea un año después. Echas de menos muchas cosas, pero la vida te regala momentos inolvidables.
«Mucha gente dice que vamos muy sobrados, pero de sobrados nada. Trabajamos mucho»
— Su entrenador sostiene que pensar en cuándo se asciende debilita al grupo. ¿Cómo gestionan estos últimos pasos?
— Aunque suena muy común, hay que ir partido a partido. Tú te puedes ver con una distancia muy grande, pero el respeto que te ganas en el campo no lo puedes perder por soberbia. Una de las claves es el respeto que tenemos a todos los rivales, sean de mayor o menor entidad. Mucha gente dice que vamos muy sobrados, pero de sobrados nada. Trabajamos mucho y en el momento que bajamos un 1% somos un equipo muy malo. No tenemos jugadores determinantes como Messi. Para rematar el objetivo tenemos que seguir con la misma humildad y trabajar con las mismas ganas. Y eso pasa por respetar al rival. Demostrar que somos la Segoviana y que queremos ganar todos y cada uno de los partidos.
— ¿Está la Segoviana fuera de categoría?
— No diría fuera de categoría. Al fin y al cabo, si estamos en Tercera es por algo. Cada tiene lo que se merece. El año pasado podíamos haber subido, pero se cruzó la pandemia y un magnífico equipo como el Zamora. Lo bueno es que se mantuvo la base de un equipo muy bueno, tanto en lo futbolístico como en lo humano. La Segoviana era fiable en los últimos años; han querido venir jugadores contrastados en Tercera y dan ese salto de calidad. No me gusta decir que somos superiores, prefiero demostrarlo. Nunca hemos escondido que la idea era subir. Si lo vendes así y acabas quinto, el batacazo hubiera sido tremendo. Era un riesgo, pero confiábamos en el proyecto.¿ Que no pertenecemos a Tercera? No lo sé. El equipo tiene un potencial enorme. Pero a día de hoy estamos en Tercera. El objetivo es subir y competir en la nueva categoría.
— ¿Se cortará el pelo si suben?
— No tengo ningún compromiso. Cortarme el pelo no, llevo muchos años sin hacerlo. Sobre todo, disfrutar el momento. No se asciende todos los días. Es una pena no poder celebrarlo como querríamos, con los aficionados cerca y las gradas llenas. Haremos alguna cena, siempre manteniendo las precauciones porque esto sigue. Tenemos una segunda fase y hay que seguir compitiendo. Personalmente quiero disfrutar hasta el último entrenamiento y luego desconectar.

— Habla del año que viene. ¿Da tiempo a valorar el largo plazo?
— A día de hoy no. No me voy a engañar, tengo 36 años. Es verdad que en el fútbol se alargan ahora mucho las carreras, pero hay muchos otros factores: cómo me encuentre yo o qué quiera el club. No me preocupa qué es lo que pueda pasar el día de mañana. Lo más importante es el presente y estoy muy contento en la Segoviana, deseando cumplir el objetivo cuando empezó la temporada en septiembre. Y luego Dios dirá.
— ¿Cómo ha encontrado la normalidad en la pandemia?
— Sobre todo, armarte de mucha paciencia. Somos afortunados de estar haciendo lo que nos gusta, tenemos un control rutinario semanal…. Podemos entrenar y competir cada domingo. Es difícil porque muchos, por desgracia, han perdido gente cercana; puestos de trabajo, cierre de negocios…
— ¿Le sorprende que el calendario se esté cumpliendo?
— Dice mucho del trabajo de todos los equipos porque la situación de Castilla y León ha sido bastante compleja en la pandemia. Es digno de valorar porque para muchos el fútbol es solo un complemento; tienen sus trabajos y están más expuestos. Es para ponerse en pie y agradecer el gran esfuerzo que han hecho día a día.
«Nosotros somos unos afortunados porque hemos podido competir»
— ¿Ha tenido el deporte federado un trato de favor respecto a otras actividades?
— Yo creo que sí. No trato de favor, pero es verdad. El hecho de estar al aire libre a lo mejor ha influido. Cada comunidad autónoma es diferente; en Madrid han sido más abiertos, por ejemplo con los gimnasios para potenciar esa parte de la salud del deporte y, a la vez, mantener puestos de trabajo para que la gente pueda subsistir. En Castilla y León ha habido una dureza, desde mi punto de vista, un poco excesiva; tenían que haber sido más flexibles. Cada uno tendrá una idea; algunos estarán de acuerdo conmigo y otros muchos no. El deporte es vida, ayuda a mantener una calidad de vida. Nosotros somos unos afortunados porque hemos podido competir, pero es triste ver otras disciplinas que no hayan podido desarrollarse.
— ¿Qué balance hacen de su experiencia con el virus?
— Tuvimos la fortuna de que fueron muy pocos casos y la gente lo pasó bastante bien. No fue nada traumático. Fue una pena porque estuvimos prácticamente un mes sin competir. Nos costó arrancar, retomar esa constancia y ritmo de juego. Verlo de cerca te da que pensar; hay que ser muy conscientes y tener mucho cuidado. Nosotros lo hemos tenido, muchísimo, y hemos visto que aún así te puede tocar. Hay que ser agradecidos y cautos. Al fin y al cabo la vida son dos días y hay que disfrutarlos de la mejor manera posible. Es una pena todo lo que está pasando, pero hay que llevarlo lo mejor posible. Y si puede ser con una sonrisa, mejor que mejor.
— Son el ejemplo de que el virus puede afectar a físicos como un deportista de élite.
— Se ha visto en Primera División, gente muchísimo mejor preparada que nosotros. Tampoco estábamos preparados para ello; no es una gripe. Es verdad que hemos encontrado vacunas en un tiempo récord. Luego está cómo lo quieras enfocar: si quieres ver el vaso medio lleno o medio vacío. Y yo soy partidario de verlo medio lleno. Me gusta ver la vida con positividad. El tiempo lo cura todo y ojalá se cumpla con el virus.
— ¿Cómo fue para usted tardar 17 días en librarse del Covid?
«Lo llevé de la mejor manera posible; sí tienes días con un poco más de bajón, pero por las ganas de querer volver a tu rutina»
— Lo llevé bien pero fue un caso muy peculiar, por el rastreo y el trato con los médicos. De hecho, se me alargó más de la cuenta por ese tema. Yo buscaba información de mi caso y, supuestamente, no me podían decir nada. Cuando en otros casos sí te dicen que tienes una carga vírica muy baja y te dan el alta. Conmigo no pasó: como la PCR dio positivo me tocó quedarme en casa cuando llevaba más de 10 días sin un síntoma. Lo llevé de la mejor manera posible; sí tienes días con un poco más de bajón, pero por las ganas de querer volver a tu rutina. Gracias a Dios no tuve más que un día de fiebre y el resto lo pasé genial.
— ¿Qué mensaje daría a los jóvenes que le han perdido el respeto al virus?
— Que el virus no entiende de edades; da igual que tengas 15, 45 u 80. Si te puede hacer daño, te lo va a hacer. Cuanto más cautos seamos, mejor. Son normas simples como ponerse una mascarilla o limpiarse las manos. No conlleva un esfuerzo titánico. La precaución de hoy será los abrazos del mañana. Para poder ver a mis sobrinas y a mi madre y darles un abrazo a diario tengo que sacrificar muchos días de no verles. Con la esperanza de que el día de mañana estemos todos juntos y podamos convivir tranquilamente.
