Lo que se haya dicho en la Comisión de Secretos Oficiales de ayer jueves por parte de la directora del CNI, lo nuevo o desconocido hasta ahora, pasarán muy pocos días para que sea público, y, si no, al tiempo. Por ello, se diga lo que se diga, no es cierto que Sánchez fuera espiado en mayo y junio de 2021 y que se hayan enterado hace unos días. Esto es una cortina de humo para tapar el espionaje a los independentistas y desviar la atención. El miércoles estuve en la comparecencia de la ministra Robles en la Comisión de Defensa del Congreso, pública por cierto, y lo más interesante, salvo alguna pincelada de la ministra, cómo las puyas al ministro Bolaños, es lo que se habla y se escucha entre bastidores. Hace más de un año se supo en Moncloa que tenían varios móviles infectados, entre ellos el de la ministra González Laya. ¿Acaso no pensaron que el del presidente Sánchez también lo estaba? Sí. ¿No le hicieron las pruebas pertinentes en sus teléfonos para verificarlo? Sí. ¿No le hacen chequeos diarios, semanales, mensuales guardando unos protocolos severos para garantizar su seguridad? Sí. ¿Lo han descubierto hace unos días? No. Es materialmente imposible que un usuario no detecte que le pasa algo a su teléfono cuando está sujeto a unos severos protocolos de seguridad y control frecuentes. Tanto el CNI como el Departamento de Seguridad de Moncloa tiene establecido unos controles muy rigurosos de los móviles y seria imposible, no que se les espiara, pero sí que no se dieran cuenta. El gobierno alega que es un ejercicio de transparencia y de colaboración con la justicia hacer público este espionaje, cuando en realidad lo que es, es un ejercicio de cinismo para hacerse las víctimas y poder decir: nosotros también somos espiados. Aunque sea poniendo a los pies de los caballos al CNI y quedando ante toda la comunidad internacional como cagancho.
La izquierda que apoya al gobierno sigue hablando cada vez con más fuerza de la teoría conspirativa de que existe corrupción dentro de las Fuerzas de Seguridad del Estado y una cloaca del Estado. Nada de esto es cierto y nada corrobora esta denuncia, pero desde luego era la retórica de varios grupos de la izquierda el miércoles en el Congreso.
Con esta tormenta narrativa, ante la indolencia y miseria del gobierno, lo que estamos ofreciendo es una imagen tercermundista, que no se controla a los servicios de inteligencia, que van por libre y que hay un gobierno que no se entera o que falsea la información para no asumir su responsabilidad. En mi opinión y ante la ausencia total de información oficial, que no oficiosa, creo que la verdadera cloaca española está en Moncloa y en quienes nos gobiernan desde ahí, siendo capaces de llevar a cabo cualquier tipo de tropelía con tal de seguir en el poder y justificar todas sus maldades. Escribo este articulo el jueves antes de que comience la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, y me atrevo a decir con rotundidad que el gobierno sabía del espionaje en julio del año pasado, es decir un mes después de haber ocurrido, y lo han hecho público ahora, un año después por puro interés. Una vez más nos mienten y engañan descaradamente.
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(*) Diputado del PP por Segovia.
