El futuro de la planta de Ávila de Nissan está, desde ayer, algo más claro. La dirección y el comité de empresa alcanzaron ayer un preacuerdo sobre el convenio colectivo y el excedente de plantilla que será sometido mañana a un referéndum entre todos los trabajadores después de que el documento fuera firmado por UGT y SIGEN-USO y no contara con el respaldo de Comisiones Obreras, quien ostenta la presidencia aunque no la mayoría.
Este preacuerdo incluye carga de trabajo para unos 25 empleados, a través del traslado de una línea de largueros de Barcelona, salidas no traumáticas a través de prejubilaciones y traslados voluntarios que no están cuantificadas y un convenio colectivo con cambios en el salario, pluses, flexibilidad o jornada laboral.
Humildad
El documento, que llega tras 26 horas de reunión maratoniana en la fábrica abulense, deja abierta la posibilidad de que los trabajadores despedidos en 2010 que están pendientes de readmisión puedan reincorporarse cuando se produzca «un aumento permanente de la producción».
Tras el encuentro, el presidente del comité de empresa, Rubén Zazo, mostró su rechazo rotundo al acuerdo y no quiso hacer declaraciones. Después, el sindicato al que representa, CCOO, valoró el preacuerdo como «inasumible» al entender que «supone una pérdida muy grande de poder adquisitivo no proporcional con las concesiones hechas por la empresa» y que los otros dos sindicatos «han cedido a casi todas las pretensiones de la empresa».
Además, consideró que Nissan «ha despreciado» la plataforma unitaria del comité de empresa casi en su totalidad y que «en estos ocho meses de negociación ha cambiado el escenario pasando a ser necesaria una subida de producciones (sábados flexibles)». Sobre la jornada de negociación, CCOO lamentó que la reunión se alargara «toda la noche por capricho de la empresa y UGT«, en «un burdo intento», dijeron, por «hacer parecer real una negociación que ya llevaba días pactada, sumándose SIGEN-USO a sus propuestas».
Por su parte, UGT convocó a los trabajadores a una asamblea para informar de todos los puntos del documento firmado que, en su opinión, no es “bueno” pero al menos garantiza los puestos de trabajo. Además, reconocieron que los empleados pierden poder adquisitivo, pero se consigue una arga de trabajo para el futuro.