El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mantuvo ayer desafiante en su disputa con el Gobierno de EEUU, horas antes de su reunión prevista con el presidente Obama, al reiterar que «Jerusalén no es un asentamiento».
En un discurso ante la reunión anual de Aipac, el lobby hebreo en Washington, Netanyahu afirmó que «el pueblo judío construía Jerusalén hace 3.000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy. Jerusalén no es un asentamiento. Es nuestra capital».
La expansión de las colonias israelíes ha enfriado los lazos entre ambos Ejecutivos, en especial desde que el pasado día 9 Tel Aviv anunciara la construcción de 1.600 viviendas en Ramat Shlomo, un asentamiento en Jerusalén Este, mientras el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, se encontraba de visita.
Tras un enfrentamiento público y reproches muy poco diplomáticos de la secretaria de Estado, Hillary Clinton a Netanyahu, ambos Gabinetes habían intentado en los últimos días quitar hierro a la discusión y poner el énfasis en su interés por restablecer las negociaciones de paz.
Así, el primer ministro aseguró ayer que «cuando el mundo afronta desafíos monumentales, sé que Israel y EEUU los encararán juntos». Mientras, Clinton declaró que ambos Gobiernos tratan sobre los pasos que Tel Aviv puede dar para restablecer la confianza entre las partes y retomar las negociaciones de paz.
Netanyahu se reunió ayer a puerta cerrada con Clinton, en un encuentro en el que, según el Departamento de Estado, «analizaron las medidas específicas que se podrían tomar para mejorar el ambiente y mantener el avance de las conversaciones indirectas».
El enfoque de Estados Unidos sigue siendo «el de crear un ambiente de confianza para que las partes puedan comenzar a resolver los problemas importantes a través de las conversaciones de proximidad y avanzar hacia negociaciones directas lo más pronto posible. Continuamos logrando avances con ese objetivo».
En días anteriores, Netanyahu había expresado su disposición a hacer concesiones para restablecer la confianza, aunque no se ha dado a conocer cuáles serían.
El encuentro con la jefa de la diplomacia norteamericana sirvió para preparar la reunión posterior que estaba prevista entre Netanyahu y Obama en la Casa Blanca, que al cierre de esta edición no había empezado.
Antes del anuncio de la construcción de las nuevas viviendas en la zona de Jerusalén Este, Estados Unidos había anunciado un acuerdo para comenzar de nuevo las negociaciones indirectas con los palestinos, pero la iniciativa hebrea las dejó aparcadas.
A este respecto, Clinton reitero que, aunque la relación entre los dos países es «sólida como una roca, inquebrantable, duradera y eterna», el plan de los nuevos asentamientos «socava» la credibilidad de Washington como un mediador creíble delante de la Autoridad Nacional Palestina y la comunidad internacional.
