En la pequeña historia de las fiestas navideñas en Segovia, el año 2015 será recordado no por el blanco de las calles teñidas por la nieve ni por el frío invernal, sino por el cielo azul y las temperaturas preinvernales que han caracterizado la primera de las tres solemnidades de la Navidad. Esta anomalía meteorológica ha hecho posible disfrutar de una atípica celebración navideña en la que las familias pudieran disfrutar del aperitivo previo a la comida de Navidad cómodamente sentados en la terraza de los bares para disfrutar del tibio calor del sol que ha situado los termómetros por encima de los 15 grados.
Pero aunque el tiempo parece empeñado en no dar el salto definitivo al invierno, no evitó que el ambiente navideño se impregnara en todos los hogares de la capital. En las cocinas de las casas, la actividad fue incesante desde la tarde del día 24 hasta el mediodía del día de Navidad para preparar el menú con el que celebrar la Nochebuena y el posterior almuerzo navideño. Un año más, los asados de cordero o cochinillo, el besugo y el marisco fueron los protagonistas en las mesas segovianas en mayor o menor medida dependiendo de la capacidad económica de las familias; aunque más importante que las viandas fue la alegría del reencuentro con los seres queridos y el espacio para el recuerdo de aquellos que este año ya no están.
La cena de Nochebuena dio paso a prolongar la sobremesa hasta bien entrada la madrugada con juegos de mesa o cartas o bien en agradable conversación, y con un hueco en muchos casos para asistir a la ‘Misa del Gallo’ en la que la Iglesia recuerda y celebra solemnemente el nacimiento de Cristo.
Para los más pequeños de la casa, la Nochebuena tiene como principal atractivo la llegada de Papá Noel, que desde su lejano hogar en Laponia visita los hogares de millones de niños y niñas en todo el mundo para dejar sus regalos y su ilusión.
Aunque a buen seguro su presencia se hizo notar en muchas casas de la capital, el viejo Santa Claus se dejó ver de forma especial en los barrios segovianos del Cristo del Mercado y San Lorenzo; donde ayudado por las respectivas asociaciones de vecinos tuvo la oportunidad de entregar personalmente sus presentes a centenares de niños.
En la estación de ferrocarril, un numeroso grupo de niños recibieron a Papá Noel, que llegó a bordo de un vehículo antiguo debido a las dificultades para encontrar un enlace por tren que le permitiera llegar a tiempo a su cita con los niños segovianos; que le tributaron un caluroso recibimiento a su llegada. Posteriormente, se trasladó hasta los locales de la Asociación de Vecinos del Cristo del Mercado, donde recibió a los niños y les entregó sus regalos.
Para llegar a San Lorenzo, Papa Noel cambió el vehículo por un trineo arrastrado por perros que le llevó hasta la plaza del barrio, donde desde el estrado instalado junto al magnífico belén instalado al lado de la Iglesia dedicó muchos minutos a saludar y recibir a los pequeños para darles sus juguetes. La espera fue más llevadera gracias al rico chocolate y a las castañas asadas que ofreció la Asociación de Vecinos de San Lorenzo.
Para que la Nochebuena y la Navidad fueran jornadas de paz, Policía Local y Bomberos, al igual que el resto de fuerzas de seguridad y servicios asistenciales, tuvieron que estar al pie del cañón en sus respectivos cometidos.
Así, antes de empezar la Nochebuena, la alcaldesa Clara Luquero visitó el parque de Bomberos y el acuartelamiento de la Policía Local para compartir con bomberos y agentes de guardia las primeras horas de su servicio, que en el caso de los Bomberos tuvo una noche ajetreada con el incendio en una nave de una empresa hípica en las inmediaciones de Palazuelos de Eresma.
