La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) mantuvo ayer en estado de alarma cuatro estaciones de aforo del río Eresma en Segovia en las localidades de Valsaín, Bernardos, en la capital y en la salida del embalse del Pontón Alto como resultado del deshielo y de las fuertes lluvias, lo que llevó a policías y bomberos a realizar labores de contención. La estación del río Riaza está también en alerta.
La alcaldesa de Navafría, Jennifer Berzal, desgrana el “día horrible” que supuso el viernes. Pese al temporal, las previsiones a primera hora no eran catastróficas. “Pero en media hora la crecida del río fue muy grande y se llevó por delante los primeros diques de contención que hicimos para intentar desviar todo el agua hacia el río y que no fuera hacia las casas”. Y el agua arrastró sacas enteras de arena. Los vecinos ayudaron desde el primer momento con los tractores, abriendo canales para desbordar el agua al río. “Pero contra el agua poco se puede hacer. Daños va a haber muchos, porque se ve, pero hasta que el caudal del río no baje no vamos a ver lo que hay debajo”.
La crecida ha afectado varias viviendas del pueblo. Una de propiedad municipal, arrendada a una empresa de turismo rural, así como el chiringuito de las piscinas, también desbordado. Otra vivienda, habitada por unos vecinos de Madrid, fue especialmente afectada y el agua superó la altura de las ventanas; en la tarde de ayer aún no era posible acceder a su interior. En otra casa, en fase de construcción, anegó la bodega, el patio y parte de la primera planta. No hubo ni vehículos afectados ni daños personales.
El equipo de protección civil llegó a las cinco de la tarde del viernes. Se sumaron los medios municipales y el apoyo ciudadano. “Los que llevan aquí toda la vida son los que mejor conocen el terreno”. Encargaron sacas de arena a un vecino que tiene un almacén y llegó material de Segovia. Los diques aguantaban ayer y el caudal del Cega, aunque bajó un poco, sigue con mucha fuerza.
En Navafría hay una zona de ramas que es necesario limpiar para que el río siga su curso, pero no está accesible. “Lo vemos muy peligroso y no vamos a poner en riesgo la vida de nadie”. Por eso la alcaldesa lamenta la falta de cuidado de los cauces por la Confederación Hidrográfica del Duero. “Ni dejan limpiar ni limpian. Lo de ayer a lo mejor era inevitable, pero las consecuencias habrían sido mucho menores si la gente pudiera limpiar los montes y los ríos”.
La alameda, acordonada
En Segovia, la Casa de la Moneda y sus alrededores siguen con agua y los bomberos estuvieron achicando durante todo el día de ayer. “Bajo el cauce a media tarde del viernes pero ahora hay que esperar a que seque toda la zona, que sigue acordonada para evitar que la gente pase por allí porque hay bolsas de agua”, subraya la concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Segovia, Raquel de Frutos. “Cuando se juntan el viento, la lluvia, la subida repentina de temperaturas y hay nieve en las cumbres, son situaciones imprevisibles”.
La zona más dañada es la Casa de la Moneda, pero los trabajos evolucionan favorablemente: Bomberos tenía dos dotaciones en la noche del viernes y ayer mantuvo una, turnando personal a lo largo de toda la jornada. Todas las bombas de achique municipales están ahí. La zona seguirá acordonada todo. “Es pronto para hacer balance, eso se lo dejamos a los técnicos”, subraya De Frutos.
El temporal ha afectado a las carreteras y provocó el cierre de la SG-V-3312, que conecta Carbonero de Ahusín con Añe y Garcillán. Aunque Carbonero tiene acceso directo por la autovía, esa vía es importante para las explotaciones agrícolas. Por ejemplo, una vecina no pudo ayer trasladar su camión de cerdos. Su alcaldesa, Sandra Ayuso, lamenta la falta de previsión ante el temporal. “Es una carretera muy importante porque une la autovía de Valladolid con la carretera de Arévalo”. Ninguna autoridad informó ayer a su ayuntamiento de los cortes o de hasta cuándo se prolongarán.
