El Viveros Herol Nava se está empeñando en meterse en un precioso jardín por la permanencia, tras encadenar su tercera derrota consecutiva en las tres primeras jornadas de la segunda vuelta de la Liga Asobal, esta todavía más dolorosa que las anteriores al haberse producido en la cancha del colista de la liga, un Iberoquinoa Antequera que solo había ganado un partido en toda la temporada, y que se dio un festín frente a un oponente que volvió a realizar un partido absolutamente desastroso en la parcela defensiva.

La entrada en el choque de los de Zupo Equisoain fue la que cualquier entrenador odiaría de su equipo, recibiendo dos goles prácticamente en un parpadeo que dejaron las cosas claras acerca de qué equipo había salido a la pista con ganas de comerse el partido, y qué rival estaba todavía pensando en otras cosas. Cuando los jugadores del Balonmano Nava quisieron darse cuenta, Zupo ya les estaba echando la bronca, con el marcador señalando un 5-1 cuando ni siquiera se habían disputado cinco minutos.

Un parcial de 0-3 pareció meter al Viveros Herol en el partido, pero la realidad fue que esos tres minutos en los que el equipo navero pasó del 5-1 al 5-4 fueron los mejores de los visitantes en todo el encuentro. El Antequera, a trompicones durante algunos momentos, de manera más segura en otros, fue superando a la defensa segoviana que se volvió más transparente con el paso de los minutos, todo un suicidio teniendo en cuenta que actualmente el equipo no tiene recursos ofensivos suficientes como para jugar al intercambio de goles.

El inicio del fin

Pese a ello, pese a durante varios minutos la desventaja era de dos/tres goles, la sensación era que el Balonmano Nava seguía con vida en el partido, y que su oponente sufriría uno de sus clásicos ‘apagones’ que le venían costando abultados parciales en contra. Pero ello no sucedió sobre la pista del Fernando Argüelles, sobre todo porque el 6:0 del Viveros Herol Nava se convirtió en un castigo para Patotski, que tampoco es que tuviera una tarde excelsa ni ante los lanzamientos de nueve metros de Vinicius, ni ante los de seis metros de Baena, ni ante la llegada de extremos como Dani Podadera.

En realidad daba lo mismo, porque al Nava le entraban desde todos los frentes. Al descanso, el 17-12 señalaba una evidencia: O llegaba una mejoría clara y rotunda, o la derrota aparecía como un hecho inevitable.

Y pasó lo segundo. Un primer gol de Nicolo al medio minuto de reiniciarse el partido apuntaba otra cosa, pero la realidad fue tozuda. La defensa del Balonmano Nava seguía en el vestuario, en ataque la falta de puntería era evidente (el portero Diego Moyano promedió casi un 35 por ciento de paradas) y en el banquillo la ausencia de soluciones se hizo tan patente que Zupo no pidió un solo tiempo muerto en el descanso, cuando tuvo un buen número de ocasiones para hacerlo.

Disgustos repetidos

Ya fuera por un castigo a la plantilla, o por alguna razón que en la actualidad se desconoce, lo cierto fue que el banquillo del balonmano Nava no detuvo el partido en la segunda parte para reconvenir a los jugadores, y el Antequera pasó a jugar a placer en cuanto la renta superó los siete goles apenas superado el minuto diez de la reanudación.

Las acciones se fueron calcando una tras otra. Error del Nava en ataque, bien por un lanzamiento fuera, bien por una parada del portero, gol del equipo local en la siguiente acción. Incluso cuando el Antequera se quedó con dos jugadores menos por las exclusiones de Ortega y Grandi, el Viveros Herol solo pudo anotar un parcial de 0-2 que pasó del 28-19 al 28-21 y Diego Moyano deteniendo una contra a Carlos Villagrán que (quizá…) podía haber metido a los segovianos en el partido.

Zupo no pidió un solo tiempo muerto en toda la segunda parte, y el equipo naufragó tanto en defensa como en ataque frente a un rival que jugó a placer en el tramo final

Pero eso no pasó, y el choque tuvo un desenlace de lo más inesperado, porque en primer lugar ni el más acérrimo seguidor del Antequera hubiera augurado una victoria tan amplia del colista ante un equipo que tan buenos resultados había logrado fuera de casa como el Nava; en segundo término porque el conjunto segoviano parecía haber mejorado con respecto a partidos pasados, y en tercer lugar porque el banquillo pareció no tener respuestas a lo que estaba pasando en la cancha. En una semana se verá si esto es un hecho puntual… o el Viveros Herol está ante un buen problema.