El Viveros Herol Nava se desplomó a falta de un cuarto de hora para la conclusión y después de haber jugado un gran partido en el siempre complicado feudo del Cangas. Los segovianos brillaron en lo defensivo durante muchos minutos y poco a poco fueron cogiendo confianza en ataque hasta pasar a jugar a favor de marcador durante gran parte de la primera y la segunda mitad, pero con todo muy ajustado cualquier error resultaba decisivo y los gallegos decidieron en cinco minutos de contragolpe ante un oponente muy cansado tras un partido muy duro en los seis metros.
Los de Zupo Equisoain comenzaron el partido muy concentrados y eso les permitió frenar el fuerte ímpetu que suele imprimir a sus partidos el conjunto gallego cuando juega como local. Los segovianos mostraron una gran actitud y sin cometer errores graves en la circulación o en las transiciones comprometieron seriamente a un Cangas con mucha pegada, pero que en esta ocasión solo anotó un gol en los primeros siete minutos.
Los visitantes defendieron con mucho orden y pese a realizar tres cambios ataque/defensa nunca fueron pillados a la contra. Todo eso más un gran papel de Patoski desde el inicio le llevaron a jugar a favor de marcador, pues el primer gol lo hizo Rodrigo Pérez de Arce al aprovechar un buen bloqueo de Carró para colarse por el centro y anotar con relativa facilidad.
UNA PRIMERA SIN ERRORES
Precisamente el pivote navero sería todo un incordio para la defensa pontevedresa, especialmente para un Alberto Martín al que sacó dos exclusiones muy rápido. Sin embargo los gallegos no desfallecían y sin miedo al cuerpo a cuerpo todavía endurecían más el partido en las áreas, donde todo costaba horrores y había no pocos golpes. Ante tanta dificultad el equipo por primera vez comenzó a echar de menos los goles del ausente Jakub Prokop, porque Rodrigo Pérez Arce no rehuía la responsabilidad pero su protagonismo le hacía estar muy defendido por el rival.
Así, el Cangas no tardó en igualar y superado el minuto diez se colocaba arriba en el luminoso tras un nuevo robo y primera contra a campo abierto para remachar a bocajarro. Al cuarto de hora se pitaba la quinta exclusión de la tarde, lo que resumía el mucho trabajo arbitral, y un minuto más tarde un máxima local con el 8-6 tras otra contra montada después de una más que posible falta gallega. Pero Nava no se arrugaba y Carró exhibía igual dureza con Iglesias para el contragolpe letal de Vujovic. Un nuevo baile en el electrónico con el 8-9 que obligaba a Nacho Moyano a parar el partido con un tiempo muerto, y es que los segovianos les habían devuelto el parcial de 3-0.
De ahí al descanso las defensas no rebajaron su intensidad y de nuevo no se verían muchos goles y sí mucho contacto físico, pero el Nava no perdió nada de compromiso ni jugando en inferioridad todo el tramo final tras dos consecutivas y mantuvo la iniciativa en el marcador hasta la llegada del paso por los vestuarios (12-13)
FÍSICAMENTE A MUCHO MENOS
Un gol de Carró, casi en el suelo y con un rival enganchado, abrió una segunda parte que comenzó con mucha más pausa y juego elaborado. Los gallegos estaban muy incómodos en lo ofensivo, pues su goleador Iglesias seguía maniatado y los extremos no podían con un Patoski que firmaba dos paradas muy rápidas. Superado el minuto cinco la ventaja de dos goles se mantenía al tiempo que Nacho Moyano y Zupo Equisoain eran amonestados en menos de un minuto. Los colegiados no estaban dispuestos a que el choque se descontrolase, pero los dos jugaban al límite de la legalidad y los goles llegaban producto de genialidad. Cualquier relajación se pagaba caro y dos errores graves del Nava le sirvieron a los gallegos para remontar a la carrera con un parcial de 3-0.
Los segovianos tuvieron controlado el partido en el primer tiempo, pero los contragolpes locales en la segunda parte terminaron abriendo una brecha insalvable
El marcador fue avanzando al ritmo de las igualadas pero, superado el cuarto de hora los locales comenzaron a tener mejores sensaciones con sus extremos, especialmente con Jenilson Monteiro, y Zupo decididó agotar un tiempo muerto y cortar la mala dinámica, porque con todo tan ajustado cualquier pequeña ventaja podría definir la victoria (21-19).
Pero de vuelta al juego el Nava flojeó demasiado en ataque y concedió tres contras consecutivas que dejaron el partido sentenciado con el 24-19 en el minuto 20, con 7 de los últimos 8 goles locales logrados al contragolpe. Los visitantes ya no levantaron cabeza y cedieron la derrota mucho antes de la conclusión.
