El tenista español Rafa Nadal, ‘número cinco’ del mundo, se impuso ayer al suizo Roger Federer en dos sets (6-1, 6-3), en la final del Másters 1.000 de Roma, sumando así su séptima corona en el Foro Itálico y el sexto título de la temporada, después de su vuelta a las pistas en el mes de febrero, y como aperitivo de la próxima cita en Roland Garros.
Con un inicio explosivo, el devenir del duelo se antojaba una supervivencia del más fuerte sobre una tierra más rápida que de costumbre. Con las cartas sobre la mesa, cada uno ganó su saque sin problemas (1-1). A la primera bola de ‘break’, el manacorí aprovechó la ocasión para tomar ventaja. Ante un rival que ofreció un ritmo fulgurante, el helvético aguantó las embestidas agazapado en el fondo de la pista (3-1) y sin dar apenas ángulo a la pelota.
Escaso de armas para doblegar el atrevido juego del español, Federer forzó al máximo con la derecha ante un Nadal que restaba de forma inconmensurable para romperle de nuevo el servicio. En 21 minutos de partido y sin argumentos, el ‘número tres’ del mundo se agarró a su saque ante el descalabro, pero el balear era un torbellino y se adjudicó el set (6-1).
En la segunda manga, el suizo quiso despertar para transformar su debilidad en fortaleza a sabiendas de lo vital que era empezar con ventaja en el primer juego. Tras dos ‘deuces’, el español minimizó la reacción de su rival amparándose en el resto muy cerca de la valla (1-0). Era otro revés, un nuevo jarro de agua fría para un Federer molesto y que en el peloteo andaba frío y sin atino. En plena agonía, enfrente estaba el manacorí que encontraba en el ‘passing’ un arma poderosa. Se acercaba al título con mucho aplomo (4-0).
En su final número 111, la primera en 2013, el suizo intentó sacar de su sitio a Nadal y ofreció mayor resistencia en este segundo set, aunque no sirviera en demasía (5-2). El helvético, que trató de no bajar los brazos y apurar al máximo sus opciones, acabó sucumbiendo a pesar de su arrojo inconformista (6-3).
De esta forma, con la reválida del título en Roma, el balear logró el tercer Másters 1.000 en el presente año y mantiene su poderío en tierras italianas desde que en 2005 se impusiera por primera vez en la final ante el argentino Guillermo Coria. Desde entonces, ha logrado siete títulos en ocho años.
«Más que un sueño»
Al término de la final, Nadal se mostró satisfecho después de lograr la victoria y resaltó que tras «tanto tiempo sin competir» por la lesión es «más que un sueño» poder sumar un nuevo título. «Estoy valorando más que nunca lo que estamos haciendo. Estoy muy feliz tras realizar un gran esfuerzo y muy emocionado por ganar un título tan histórico. Es siempre fantástico jugar aquí y Roma es una de las ciudades más bonitas para hacerlo», comentó el balear.
Por su parte, Roger Federer subrayó que fue «una jornada dura» para él. «Ha sido el día de Rafa», destacó el suizo.
