El regreso a la tierra batida de Rafa Nadal, el que quizás sea el mejor especialista que ha dado el tenis en esta superficie, se saldó con un triunfo demoledor sobre Fernando Verdasco en la final de Montecarlo, donde ayer ganó el título por sexto año consecutivo por 6-0 y 6-1.
En la primera final entre dos españoles en el Principado desde que Juan Carlos Ferrero venció a Carlos Moyá en el 2002, Nadal mostró la exquisitez de su tenis para doblegar a Verdasco y sumar el título 37 de su carrera, el primero este año, en la final más corta de este torneo en muchos años, en la que cumplió dos objetivos.
Ahora ya ha igualado con el suizo Roger Federer en el número de Masters 1.000 acumulado, con 16, y se sitúa a uno del líder, el estadounidense Andre Agasssi, y además rompe una racha en la que salía de los torneos de vacío, iniciada el 3 de mayo del 2009 en Roma.
Nadie había sido capaz, en la Era Open, de ganar seis veces consecutivas un torneo. Nadal lo hizo ayer, además sin ceder un solo set en el cuadro, al doblegar a Verdasco en solo una hora y 25 minutos sumando su décima victoria ante el madrileño, con el que nunca ha perdido.
Rafa se revolcó en la central de Montecarlo al ganar ese título tan especial como él. Ha ganado ya 34 partidos consecutivos en esa pista mágica, propiedad del balear. De ahí que sus lágrimas al final de su actuación fueran casi lógicas.
Después de la exhibición ante el serbio Novak Djkovic, número dos del mundo, en semifinales, se esperaba algo más de Verdasco. Pero su presencia por primera vez en una final de un Masters 1.000, y unos problemas en las cervicales, mermaron el gran juego del madrileño que ya se encamina de nuevo al grupo de los 10 primeros.
El revés de Nadal fue el arma ejecutora de esta final. El manacorí ha sido capaz durante toda la semana de sentir la bola y machacar a sus rivales con esa facilidad apabullante que le hace casi inmortal en tierra. La prueba han sido los 14 juegos que ha cedido únicamente en esta semana, donde la pista de Los Príncipes del Montecarlo Country Club se ha convertido en su mansión.
Ganador en San José este año y sabiendo que hubiera regresado al nueve del mundo de vencer (se quedará en el 12 el lunes), Verdasco comenzó nervioso y necesitó ceder siete puntos seguidos para lograr el primero de los suyos, casi cinco minutos de inercia, que marcaron el primer set. Muchos fallos del madrileño y absoluto dominio del balear que caminó en esta manga con golpes que hacían recordar al rey de la tierra, ganador de cuatro Roland Garros.
Ganar el primer parcial en solo 35 minutos, sin ceder un solo punto de set, y amarrando tres servicios de su rival, fueron una losa para Fernando Verdasco, que ya con 0-5 recurrió a los servicios de un fisioterapeuta.
