Hacía mucho tiempo que la Gimnástica Segoviana no acusaba un golpe deportivo de la magnitud que recibió el pasado domingo frente al Coruxo, y las caras largas y el silencio eran la nota dominante en un vestuario ‘tocado’ por la derrota, y en una junta directiva que había preparado el partido con todo el mimo posible, haciendo lo que estaba en su mano para que la afición pudiera poblar en gran número la grada de La Albuera, y que asistió impotente a un mal partido, que derivó en un resultado que pareció más negativo de lo que en realidad fue, sobre todo por la imagen ofrecida, aunque Abraham pusiera en duda en rueda de prensa esa mala imagen.
Pero los resultados de la trigésima jornada de Liga vinieron a relativizar el disgusto, porque la realidad es que, a ocho jornadas para la conclusión de la liga, la Segoviana se mantiene a una victoria de la permanencia, y sigue teniendo por delante encuentros ante rivales directos en esta pelea. Los empates de la Ponferradina en Pontevedra, y del Valladolid B en Toledo, han llevado a que estos conjuntos estén sólo un punto más lejos de los azulgranas, una diferencia ni mucho menos insalvable en una liga que premia con tres el triunfo.
IMPRESCINCIBLE ELEVAR EL NIVEL
Ahora bien, es indudable que la consecución de las victorias pasa por que el equipo pueda elevar el nivel competitivo que parece haber perdido en las últimas jornadas, por más de una razón. El hecho de no poder entrenar en unas condiciones medianamente normales a lo largo de la semana ha terminado por pasar factura, pero a ninguno de los aficionados que en la jornada del domingo estuvieron en La Albuera se le escapa que hay jugadores a los que la exigencia de la temporada y los muchos minutos disputados a máximo nivel, están pasando factura.
Por citar ejemplos, y sin ánimo de colocar el foco en ninguno de ellos, Abraham suele hacer rotaciones en prácticamente todas las posiciones, pero el triángulo Javi Marcos-Anel-Manu es intocable para el entrenador, que en muy contadas ocasiones ha prescindido de alguno de ellos por razones técnicas, al igual que sucede con Agus Alonso, que desde que llegó en diciembre lo ha jugado todo.
Recuperar al equipo anímicamente será imprescindible para afrontar en buenas condiciones el encuentro del viernes en Ponferrada
Elevar el nivel competitivo pasa también por igualar sobre el terreno de juego la intensidad que ponen los rivales a la hora tanto de presionar al contrario, como de disputar los balones divididos, algo que se echó en falta frente al Coruxo, y por el que el aficionado pasó factura el domingo a determinados jugadores más dotados para el manejo de la pelota (en exceso en reiteradas ocasiones) que para el trabajo sin ella.
El trabajo de la semana, que continuará viéndose alterado por el estado de los campos, será también más mental que físico y táctico. Recuperar anímicamente al plantel, y convencerle de que un buen resultado el viernes en Ponferrada volverá a poner a la Segoviana con las opciones de permanencia intactas, será tarea de un cuerpo técnico que permanece fiel al estilo de juego, más que nada porque es el que históricamente ha practicado el club, salvo muy contadas excepciones, y el equipo no es ni mucho menos tan efectivo jugando a otra cosa. Nada se ha perdido, siempre que el tropezón sirva para empezar a correr, y no para caerse al suelo.
