El Ministerio de Agricultura ha iniciado los trabajos para la puesta en marcha, a partir de 2014, del denominado Plan PIMA Tierra, por el que se pretende una profunda renovación del parque de tractores. El principal objetivo sería lograr el achatarramiento de vehículos viejos, fundamentalmente, con el fin de apoyar la compra de nuevas maquinarias que cumplan con las actuales directrices en materia de emisiones de gases contaminantes para la defensa del medio ambiente desde una actividad como la agraria, donde el consumo de gasóleo es muy elevado en el entorno de los 2.000 millones de litros. La Administración da por hecho que apoyando la compra de material que cumpla con las exigencias medioambientales, también se apoya la entrada en el medio rural de tractores con todas las normas sobre seguridad para los usuarios. Están por definir los incentivos para la aplicación del nuevo Plan, así como el papel que puedan jugar en el mismo las comunidades autónomas en este período de ajustes.
Este proyecto vendría a sustituir al actual Plan Renove, en vigor desde 2009 hasta el próximo 31 de diciembre, por el que se contemplan diferentes ayudas desde el Ministerio y por parte de Comunidades Autónomas para la renovación del parque de maquinaria agrícola, con incentivos tanto para el achatarramiento de lo viejo por otros que supongan una mayor seguridad para los agricultores, como por la introducción de nuevos avances tecnológicos para la defensa del medio ambiente.
Dicho Plan, entre otras condiciones, contemplaba la posibilidad de acogerse al mismo maquinaria con un mínimo de 15 años, exigía el achatarramiento de las viejas máquinas y se ofrecía la posibilidad de sustituir las mismas, bien por tractores o por otro tipo de aperos como sembradoras abonadoras o cisternas para esparcir purines con ayudas fijas según la potencia de la máquina desguazada y otras variables en función de la edad de los peticionarios, si se trataba o no de una nueva instalación, zona desfavorecida, y si eran no entidades asociativas
Actualmente, según los datos manejados por la Administración y, sobre todo, por el sector desde la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes (Ansemat), el censo real se situaría en unos 750.000, de los que unos 250.000, casi una tercera parte, tienen más de 25 años, unos 170.000 entre 15 y los 20 años y 120.000 entre los 11 y los 15 años.
La renovación se ha hecho muy lentamente y la misma ha respondido más a las condiciones de los mercados y a la rentabilidad de la actividad, que a la importancia de las ayudas públicas. El mayor volumen de ventas, con un total de 17.000 unidades, correspondió al año 2007. Desde esa fecha, la caída de las ventas ha sido una constante hasta unas cifras en los últimos años de solo unas 7.000 unidades. Este año parece que habría producido una ligera mejoría para llegar a las 8.000 unidades consecuencia del desarrollo de unas buenas cosechas en volumen, aunque hayan bajado los precios, así como por el mantenimiento de las ayudas comunitarias hasta 2020 que suponen una media del 26% sobre las rentas agrarias.
Frente al comportamiento a la baja de las ventas de los tractores nuevos, el mercado de segunda mano ha crecido año tras año hasta unas 14.000 unidades. En líneas generales, se trata de maquinaria que pasan de zonas donde los mismos tienen una gran actividad, a otras, especialmente ganaderas, en el norte.
España no es el único país en la UE donde el mercado está en retroceso. Se estima que las compras para este año ascenderán a unos 174.000 vehículos, lo que supone un retroceso del 5%, especialmente en Italia y Polonia, mientras ya hay algunos síntomas de recuperación en el Reino Unido.
Según los datos manejados por los fabricantes, han ganado peso las ventas de aperos con una potencia superior. Además, en aras de aumentar estos datos ante las dificultades financieras de las explotaciones, cada año se imponen más todas las exigencias en materia de seguridad, así como para frenar la emisión de gases con efectos contaminantes. Sin embargo, se han reducido las ventas de utilitarios con la incorporación de los mayores avances en materia de tecnología, sistemas de precisión, etc, por lo que suponían de encarecimiento de las unidades.
La existencia de un parque de tractores muy envejecido, donde en muchos casos no se cumplen las normas mínimas sobre seguridad fundamentalmente en la estructura de las cabinas, es hoy uno de los principales motivos de los accidentes y de la siniestralidad en el campo. El 66% de este tipo de desgracias se achaca a la falta de medidas de seguridad en las cabinas. La otra causa, no menos importante es la edad avanzada de una parte muy elevada de las personas que conducen los mismos. Según datos del censo agrario, más de un 33% de los titulares de las explotaciones agrarias superan los 65 años y otro 25% se halla entre los 55 y los 65 años.
