El desembarco de la Legión en el puerto de Málaga y el traslado al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas congregaron ayer en torno a 9.000 personas en la capital andaluza. La lluvia no hizo acto de presencia en el tradicional descenso de los legionarios y posterior entronizado, el acto más emblemático de la mañana del Jueves Santo en Málaga.
Todo ello ante la atenta mirada de miles de ciudadanos, entre los que se encontraba el actor malagueño Antonio Banderas, que recibió el título de legionario de honor impuesto por este cuerpo.
Los caballeros militares del Tercio Alejandro Farnesio, cuarto de la legión, con base en Ronda (Málaga), llegaron al muelle 2 del puerto, en el Palmeral de las Sorpresas, en torno al mediodía, con un retraso de 15 minutos sobre la hora prevista, a bordo del buque Contramaestre Casado. A continuación, comenzó el desfile por el centro histórico hasta llegar a la explanada de Santo Domingo.
Los legionarios llegaron cantando el himno de la Legión sobre las 12,30 horas, a la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás, en la que se encuentran la casa hermandad y el propio templo y donde se concentraron la Subdelegación del Gobierno en Málaga y el Ayuntamiento de la capital, entre 8.000 y 10.000 personas que no quisieron perderse uno de los momentos claves de la Semana de Pasión malagueña y que se desarrolla desde 1928.
Tras esto, 12 caballeros de este Cuerpo sacaron a pulso al Cristo de la capilla de la iglesia de Santo Domingo para llevarlo hasta el centro de la plaza al ritmo de El novio de la muerte, todo ello entre los aplausos enfervorecidos de los asistentes, que no se cansan de admirar esta hermosa tradición.
Por otra parte, alrededor de 30.000 visitantes acudieron al municipio malagueño de Antequera para asistir a lo que popularmente se conoce como Correr la Vega, una antigua tradición de hace cinco siglos que consiste en llevar a las imágenes hasta lo más alto de la ciudad para bendecir las tierras de la Vega de Antequera, que en su día fueron la primera fuente de riqueza de la población.
La noche del Jueves y del Viernes Santo, al final del recorrido procesional, los hermanacos de las cofradías que procesionan esos días, a excepción de La Soledad, llevan los tronos con paso ligero hasta el inicio de una pendiente o cuesta y, con el aviso de campana, inician una carrera portando a los tronos hasta donde se atisban los campos de La Vega. Además, los vecinos del pueblo también suelen Correr la Vega, y más de 5.000 personas corren delante de la imagen, abriéndole paso.
Año tras año, la Costa del Sol va vendiéndose mejor al exterior, como sucede el Miércoles Santo, cuando sale en procesión el Padre Jesús El Rico, una primitiva imagen datada de 1658.
Y es que en 1756 no hubo nadie que pudiera sacar la talla a causa de la epidemia de peste que asolaba la ciudad. Un penado se escapó de la cárcel y ayudó para que el paso saliera pero, al ser insuficiente, los reos que quedaban en la prisión se fugaron de ésta… pero solo para ayudar.
Con El Rico a hombros de los condenados, a los pocos días, la terrible enfermedad desapareció de Málaga. ¿Casualidad o favor divino?
