La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, encaró ayer sola una difícil rueda de prensa tras la tragedia del Madrid Arena, donde cuatro jóvenes perdieron la vida, y una más se encuentra aún hospitalizada en estado grave. Tras asegurar que no piensa cesar a nadie «en este momento», aunque «se adoptarán responsabilidades» según concluya la investigación, sembró la polémica al justificar su viaje familiar a Portugal durante los días que siguieron al suceso, pese a que se personó en la capital dos veces.
La dirigente popular afirmó, tras respaldar el pasado lunes públicamente al vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, que no despedirá ni a la delegada de Urbanismo, Paz González, ni al titular de Economía, Pedro Calvo, también presidente de Madrid Espacios y Congresos: «Confío en mi equipo».
Por otro lado, la primera edil reiteró que el Ayuntamiento prestará la «máxima colaboración» en la investigación policial y judicial y que se personará en la causa para «reforzar la defensa de los intereses del conjunto de los madrileños», sobre todo, si «como parece», la empresa organizadora, Divier-TT, «vendió más entradas, incumplió el contrato y mintió con la información dada al Consistorio». «No tenemos miedo a la verdad porque no tenemos nada que ocultar, sabemos que no se puede recuperar la pérdida de un hijo, pero el mejor homenaje es trabajar para que no se vuelva a sufrir una tragedia», añadió.
Asimismo, la regidora anunció que va a cerrar cautelarmente el Palacio Municipal de Congresos -en el norte de la capital- y el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, tras detectarse problemas de seguridad en un informe interno realizado meses atrás. Ese mismo documento, que ya detectó fallos también en el Madrid Arena, que, según la alcaldesa, quedaron subsanados el pasado 19 de octubre.
Pero lo más destacado de su intervención fue lo relativo a su viaje familiar a Portugal, que lo interrumpió por el suceso pero que no lo canceló. Así, sostuvo que cumplió con sus obligaciones como alcaldesa y que no dejó de trabajar ni de preocuparse por lo sucedido. De hecho, destacó que todos pudieron verla el mismo día de los hechos cuando fue a ver a las víctimas, mientras que, 24 horas después, estuvo en su despacho. Además, el domingo estuvo acompañando a la familia de Belén, la última víctima mortal. «El resto pertenece a mi vida privada», subrayó rotunda.
Horas después de su intervención, y mientras se van conociendo nuevos detalles de esta dramática historia, como que la empresa Divier-TT, regentada por el empresario Miguel Ángel Flores, sigue teniendo a la venta entradas para la fiesta de Año Nuevo, la Puerta del Sol fue escenario de una concentración convocada por el Sindicato de Estudiantes en apoyo de los familiares de las víctimas, en la que éstos leyeron un comunicado en el que exigieron que «recaiga todo el peso de la ley» sobre los responsables de la fiesta.
