Una joyera argentina y un fotograbador madrileño son los creadores de Dicien, una pequeña empresa asentada en La Granja dedicada al prototipado y el diseño de miniaturas a través de tecnología 3D y que consigue reproducir cualquier objeto a partir de otros objetos, bocetos, dibujos o simples ideas.
Una copia exacta del Toisón de Oro fabricada en bronce para una producción audiovisual, la reproducción de la calavera de Miguelón de Atapuerca para un comercio de jabones, las monedas de Segovia que se encuentran en los puntos de venta del AVE, regalos corporativos personalizados, duplicados de pendientes o las alianzas para la boda de un diseñador son algunas de las ideas que han tomado forma en el taller de esta pyme segoviana, la única de estas características en la Comunidad.
Manuel Herrera, uno de los propietarios, señala que en la teoría cualquier objeto o boceto puede ser reproducido con un alto grado de detalle. Para ello, se utiliza una prototipadora de fabricación japonesa con un escáner de palpación que copia la pieza punto por punto, se redibuja el objeto con cotas o se construye a través de un programa informático de diseño a partir de una imagen 2D.
De esta forma, se obtienen modelos físicos tridimensionales de manera rápida y exacta de las geometrías diseñadas en 3D, un proceso que permite a artesanos, joyeros, diseñadores o particulares ver de inmediato plasmada su idea así como favorece la producción de modelos con más calidad y a gran velocidad. «Como forma de bocetar es muy interesante porque puedes presentar varios tipos en 3D; además sacamos modelos en cera que se pueden probar», explica Herrera.
La utilidad de esta técnica, muy común en la fabricación de carcasas para teléfonos móviles, radica en gran parte en la posibilidad de crear prototipos con materiales de bajo coste como la cera, la resina, el poliespán, la madera o el poliéster. Así, se consigue abaratar el precio de la primera pieza de una colección artesanal y visibilizar, palpar y probar el objeto en 3D resultante. Además, permite obtener piezas más perfectas. De hecho, la máquina prototipadora, también utilizada en el campo de la odontología para reproducir prótesis dentales, trabaja con fresas incluso más finas que un alfiler que llegan a alcanzar las 15.000 revoluciones.