Señora directora:
Durante el pasado fin de semana se ha celebrado en mi querida ciudad de Segovia una nueva edición de Música de Folklore en los Corralillos, la que hace la número 26 de las organizadas por ese paladín de la cultura popular que todo el mundo conoce como Paco del Caño, personaje entrañable donde los hubiera, quien por méritos propios goza del cariño y del reconocimiento de los segovianos. Para la tarde del domingo 1 de octubre estaba uno invitado y comprometido para hacerme presente al resguardo de los últimos arcos de nuestro monumental Acueducto, precisamente los que cierran el corralillo de San Sebastián, para recibir la distinción concedida por la Asociación Cultural Plaza Mayor, como embajador de este maravilloso evento. Pero como muy bien dejó dicho uno de los más insignes pensadores patrios, don José Ortega y Gasset, el hombre está condicionado por las circunstancias y las mías se mostraron ese día en forma de enfermedad que sin llegar a ser grave está siendo lo suficientemente importante para dejar postrado mi menudo cuerpo, todavía hoy, en mi domicilio de Sevilla la Nueva, localidad madrileña pero integrada desde siempre en la antigua Tierra de la Comunidad de Segovia.
Desde este rincón añorante del viejo esplendor segoviano, quisiera a través de las páginas de El Adelantado de Segovia, disculparme con todos aquellos que esperaban mi presencia en cuerpo y alma y solo pude complacerles a medias, porque pese a todo, mi espíritu si que estuvo con ellos desde la lejanía. Muchas gracias por las muestras de cariño que hasta aquí me han llegado. Gracias que quiero hacer especialmente extensivas a Francisco del Caño y a los demás integrantes de la Asociación Cultural Plaza Mayor; al Excmo. Ayuntamiento de Segovia, que quiero personificar en su concejal de Cultura, Juan Carlos Monroy; a la ilustre pregonera del evento, la historiadora Mercedes Sanz y cómo no, a mi fiel amigo Jesús Fuentetaja, que recogió en mi nombre el nombramiento de embajador de los Corralillos, distinción que ejerceré con eterno orgullo durante el resto de mi vida. Muchas gracias, una vez más al pueblo de Segovia, mis entrañables y queridos paisanos.
Os quiere:
Ismael Peña Poza, folclorista
