El presidente egipcio Mohamed Mursi encargó a última hora de ayer modificar el decretazo que le sitúa por encima de la ley. A pesar de ello, las calles de El Cairo continúan siendo un hervidero de gente en contra del líder musulmán. Además, el Ejército aseguró que no tomará ninguna medida de seguridad que pueda alterar el desarrollo político del país, al tiempo que afirmó «que el diálogo es la mejor y la única opción para alcanzar el consenso».
