La Muralla de Segovia se muestra tal y como es, tal y como era en la zona del paraje conocido como Cueva de la Zorra. Si primero se recuperó la senda que permite recorrer sin interrupción el monumento a lo largo del paseo de San Juan de la Cruz (Puerta de Santiago) con la escalinata que bordea la citada cueva, ahora ha sido la parte descubierta bajo el talud de tierra y la propia escalera, entre el cubo 60 y la propia gruta, una actuación que ya permite contemplar el trazado original de la muralla.
Una vez desmontada la escalera y parte del talud, la actuación arqueológica desarrollada por encargo de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Turismo ha consistido en el control de los movimientos de tierra asociados a la obra, documentando debidamente los depósitos y estructuras existentes. De hecho se ha comprobado cómo la construcción medieval se apoya directamente sobre el sustrato geológico calizo y sobre depósitos de tierra de cronología prerromana. También se ha podido ver cómo el sistema constructivo de la muralla se adapta a las diferentes circunstancias de la base geológica. En esta zona bastante elevada, con unas paredes de destacada altura, no se ha preparado un cimiento muy potente, simplemente se ha preparado el terreno de forma muy superficial, sin llegar a tallar la roca, para posteriormente colocar el mampuesto de piedra caliza y mortero.
Únicamente en la cara externa de la muralla se ha realizado una cimentación más sólida a base de grandes sillares de granito y caliza. Esta línea de sillares permite sujetar el muro en una zona en la que la base geológica es bastante irregular y con grandes desniveles. Posteriormente, se han protegido los restos encontrados, ejecutando parcialmente unos muretes de mampostería para plasmar la huella de la muralla sobre los existentes. Después, para completar las intervenciones realizadas, se ha instalado una escalera de estructura metálica y peldaños de tramex, que permiten ver el paso de la muralla bajo ella y recuperado el talud con vegetación adaptada al entorno.
Como resultado de la actuación realizada en la escalera surge un pequeño mirador, el Mirador de la Cueva de la Zorra, desde donde quienes suban o bajen pueden contemplar las vistas de la Alameda del Parral y Zamarramala. El coste de esta actuación, realizada por la empresa Opyser Urbanización y Obras Públicas, ha sido de 63.005 euros, y está cofinanciado por el Ayuntamiento y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La Cueva de la Zorra fue cantera de ruedas de molino y está cerrada al público con una puerta que permite el acceso restringido y el paso de aves y murciélagos que habitan en su interior.
