El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. En la jornada del 8 de marzo las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, y pueden contemplar una tradición de más de un siglo de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
Esta jornada de orígenes sangrientos, que aúna orgullo y dolor femenino, cobra fuerza cada año en la sociedad segoviana con la proyección de múltiples mensajes, en tono reivindicativo y constructivo, en favor de la lucha por la igualdad. Ayer, a la vez que mujeres y hombres segovianos ensamblaron eslabones de solidaridad y progreso, rompieron cadenas de opresión que limitan la justicia que merecen todas las habitantes de esta provincia para dejar que vivan sin ataduras. Así quedó reflejado en un acto simbólico organizado por el Consejo Municipal de la Mujer en la Plaza Mayor.
Convocados bajo el lema ‘Rompamos cadenas por la igualdad’, autoridades y ciudadanos llamaron a erradicar la precariedad laboral femenina, la violencia de género, la falta de medidas de conciliación laboral y familiar, el olvido de la corresponsabilidad en el ámbito familiar, y la imagen estereotipada de la mujer que se ofrece en los medios de comunicación.
Representantes institucionales, políticos, sindicalistas, autoridades académicas, gestores y voluntarios de organizaciones sociales, artistas, periodistas, ciudadanos anónimos y grupos de estudiantes asistieron al acto principal del Día de la Mujer, que si bien no destacó por una masiva afluencia, menos de un centenar de personas, si por la implicación de los asistentes. Rodeando el kiosko de música, las organizadoras colocaron un mural con cadenas de cuatro colores, diferenciando cuatro espacios: uno naranja dedicado al ámbito labora; otro verde dedicado al familiar; otro morado a la violencia; y por último el azul para los medios de comunicación. Los asistentes fueron incorporando en cada área mensajes con propuestas para fomentar la igualdad y denuncias de los desequilibrios existentes.
Ana Blanco Heredia y Marta Merino Yuste, alumnas del instituto ‘Andrés Laguna’ y del colegio ‘Concepcionistas’, respectivamente, fueron las encargadas de leer el manifiesto en el que exigieron que se garanticen los derechos de las mujeres y se avance en la igualdad de oportunidades. “Las mujeres estamos cansadas de esperar a que el sistema patriarcal sistemáticamente nos deje fuera, en el silencio de la vida privada; somos la mitad de la ciudadanía y deseamos hacernos con la dirección de nuestras vidas en la espera pública”, señaló al comienzo de la lectura una de las jóvenes. “Aspiramos, —continuósu compañera— a lo que tenemos derecho todas las personas, a la libertad, a la autonomía personal, al acceso a los recursos y a la igualdad entre todos los seres humanos”.
Para finalizar el acto, los presentes fueron rompiendo las cadenas de papel que simbolizan la opresión y las carencias y compartieron un aplauso que lleva implícito el compromiso de seguir los pasos de las pioneras que a lo largo de la historia han roto barreras de discriminación y han resistido ante el asedio del machismo. La imagen del machismo de un régimen y una época queda reflejada en la exposición de fotografías, carteles y documentos ‘La mujer y el franquismo’ instalada en el campus María Zambrano. A lo largo de la jornada se proyectó en el ágora universitaria el vídeo ‘La mujer en su realidad cultural y científica: ¿invisible?’, elaborado en la asignatura Creatividad de 3 A y B.
