El Club Deportivo La Granja está poniendo todo de su parte para salvar la categoría, compitiendo de igual a igual frente a todos los rivales del grupo octavo de la Tercera División, pero le falta ese acierto en los últimos metros que le reporte el par de puntos que le faltan para situarse entre los mejores equipos del grupo por la permanencia, entre los que se encuentra el Salamanca B, uno de los conjuntos que demostró en el campo de El Hospital su buen trato con el balón, la misma falta de pegada que los de Ricardo de Andrés, y una cierta fragilidad defensiva en la defensa de los balones aéreos y las segundas jugadas. Pese a ello, sumó un punto en el municipal granjeño que le acerca a su objetivo, y deja a los de Ricardo de Andrés muy obligados de cara a las últimas jornadas.
Pese a la falta de goles, el encuentro fue muy vistoso para el espectador, con un equipo de casa muy presionante en la primera línea para evitar que su oponente sacara el balón jugado desde atrás, aunque ello supusiera dejar algunos espacios de más para que futbolistas de calidad como Denilson o Motos pusieran en complicaciones la portería de un Loren quizá algo más nervioso de lo habitual.
Y no era para menos, puesto que el CD La Granja quería la victoria por muchos motivos, comenzando por el clasificatorio, pero siguiendo por dejar un buen sabor de boca a sus aficionados en el último encuentro como local, y para despedir de la mejor manera posible a su histórico capitán, un Pluma que volvió a firmar un encuentro muy completo.
Cada uno con sus armas
Los primeros acercamientos fueron locales, pero las primeras opciones de gol fueron charras, con un centro al área que Loren envió a córner mostrando una cierta inseguridad, y un remate excesivamente cruzado de Motos. Pero mediada la primera parte apretaron los granjeños, y Gabi puso a prueba los reflejos de Martín en un lanzamiento durísimo ajustado al poste al que respondió el guardameta del filial con una gran intervención. En el saque de esquin, de nuevo Gabi peinó la pelota en el primer palo, sacando Clay en el segundo el 1-0.
Poco más tarde llegó la ocasión más clara para el equipo granjeño, cuando Peli, tras recibir el balón un par de metros dentro del área salmantina, recortó hacia su pierna izquierda y chutó con fuerza, enviando el balón al larguero. Con los ecos de la acción aún resonando en El Hospital, de nuevo Peli cabeceó a la salida de un córner, pero su remate se fue ligeramente desviado.
El CD La Granja se estrelló con el guardameta visitante, y el Salamanca B hizo gala de su falta de puntería
El CD La Granja era más fuerte cuando el balón iba por el aire, mientras que el Salamanca B llevaba el peligro cuando lo bajaba al verde. Así llegó su mejor opción de la primera mitad, con un preciso envío de Motos hacia Clay que, solo en el segundo palo, remató fuera con todo a favor. La respuesta local no se hizo esperar con un contragolpe que Ibra terminó de la misma forma que lo hizo Gabi poco antes, con un remate ajustado al palo, que se encontró con la misma respuesta del portero del Salamanca B, extraordinariamente seguro en todas sus intervenciones.
Tras el intermedio, el encuentro fue más trabado, con los dos equipos entrando con fuerza pero con lealtad al balón dividido. Salvo en una acción de Willy en la hubo algo de mala fe y que acabó con una justa tarjeta amarilla para el jugador charro, el resto de acciones fueron las normales en un partido de fútbol, aunque este terminara con siete tarjetas amarillas.
Nota para el informador arbitral
Querido informador arbitral:
Por si no lo sabe (que lo sabe) en el campo de El Hospital se escucha todo. Pero, por si acaso durante el partido no logró escuchar las conversaciones en el terreno de juego, sepa usted que el colegiado designado para el encuentro se equivocó señalando en algunas acciones, algo lógico teniendo en cuenta que de fútbol se trata, pero tuvo un comportamiento de matón de barrio con varios de los futbolistas, con amenazas y expresiones malsonantes que no se escucharon en las bocas de los jugadores. Que un árbitro se confunda es normal, que provoque a los jugadores con sus malos modos (la educación se aprende, señor Sanz Monge) es inconcebible en ningún colegiado. Vaya ejemplo.
La puntería, en el vestuario
Aunque la reentrada al partido del CD La Granja fue más que correcta, con una volea de Dani Lázaro a los trece segundos de la reanudación que salió más centrada de lo que hubiera deseado el delantero segoviano, poco a poco se pudo comprobar que el desgaste físico comenzaba a hacer mella en los de Ricardo de Andrés, que pasaron por algunos apuros porque Gabi (el termómetro en el centro del campo granjeño) ya no llegaba con tanta claridad.
El cuerpo técnico del CD La Granja no tardó en darse cuenta de ello, y sustituyó al centrocampista espinariego, además de a Peli y a Alberto, dando entrada a Hamza, Cristian y Dani Blanco. Los cambios demostraron ser un acierto, porque el equipo recibió un segundo aliento, aunque el cambio en los laterales dejó a Cuadri muy cansado en la banda derecha, con muchos apuros para defender la llegada de Denilson, aunque quien verdaderamente lo pasó mal fue Cristian tratando de frenar las internadas de Motos, que puso el corazón en un puño a los aficionados locales con sus envíos desde la línea de fondo. En uno de ellos Oumar, a tres metros de la línea de gol, mandó fuera la ocasión más clara para los visitantes en la segunda parte.
También la tuvo el CD La Granja un poco antes, cuando en una brillante acción ensayada a balón parado, Víctor Velasco recibió en buena posición, cruzando ante la salida de Martín que volvió a salvar a su equipo de un gol cantado.
Los minutos finales tuvieron más emoción que oportunidades, y finalmente se firmó el reparto de puntos, justo a tenor de lo presenciado en el campo de El Hospital, aunque quizá lo hubiese sido más si el juego ofensivo de CD La Granja y Salamanca B hubiera encontrado el premio del gol. Al final, pese al disgusto por el empate, hubo un sencillo pero más que emotivo homenaje a Pluma, que no pudo evitar las lágrimas. Normal, pocos jugadores saben mejor lo que representa llevar el brazalete de capitán.
