El torero Víctor Janeiro y el novillero con picadores José Antonio Díaz ‘Joselito de Córdoba’ enderezaron el festival de Mozoncillo, con sendas actuaciones que fueron premiadas con dos orejas para cada uno, tras una tarde en la que diversos factores alteraron el transcurso normal de un festejo taurino. El paso de los dos espadas por la localidad piñonera hizo que el espectáculo tuviera su parte triunfalista dentro del esperpento.

No empezó nada bien el festival: con más de 20 minutos de retraso sobre la hora inicial programada, sin agrupación musical y con el primer novillo, del hierro de El Tajo, estrellado en tablas y muerto ipso facto. Solo la voluntad de la dulzaina de un paisano quitó hierro al asunto. Salió un sobrero para cumplir el trámite de José Antonio Canales Rivera, que tras un inédito comienzo no mejoró la cosa. Un novillo manso, que no quería ninguna pelea, tuvo al diestro gaditano corriendo tras su huidizo comportamiento. El esperpento continuó hasta que el torero consiguió -medio- cuadrarlo y perfilar un efectivo espadazo, que puso fin al infortunio. Canales Rivera se excusó y pidió perdón después de hacer ver al público que el lucimiento era imposible.

Mejoró la historia con el segundo de El Tajo, un astado que propició gran juego a Janeiro. Buen novillo, con recorrido y movilidad, que posibilitó al hermano de Jesulín de Ubrique torear al natural con cierto gusto. Muy entregado desde el inicio, Janeiro dejó pasajes destacados de toreo largo cuando se ajustó; y cortó dos orejas, pese a terminar de un bajonazo.

Michelito volvió a los ruedos españoles después de que el año pasado anunciará su despedida con una actuación de mucha firmeza. Con la muleta muy planchada, el mexicano dejó tandas de derechazos de suma seguridad ante un ejemplar de buena condición aunque sin ser fácil. Faena de disposición, que se vio empañada por no tener afilados los aceros; lo que le llevó a ser prendido, quedando dolido de la zona costal.

Cerró el festival el joven novillero Joselito de Córdoba, que desplegó un variado concepto: arrojo con el capote, ganas con las banderillas y querer con la muleta. Con más actitud que pulcritud, fue todo voluntad, aunque el exceso de ambición le llevó a asfixiar al novillo desde el inicio en poco más de una baldosa sin dejarle mostrar su recorrido. El concepto de valor conjugado con un sinfín de alardes fue premiado con dos orejas para cerrar un festival que transcurrió entre el triunfalismo y el esperpento.

FICHA
Plaza de Toros de Mozoncillo (Segovia). Festival taurino sin picadores. Alrededor de media plaza. Novillos de El Tajo (primero bis), de buen juego en líneas generales, salvo el huidizo primero, entre los que destacó el buen segundo. Al cuarto se le dio la vuelta al ruedo.
Canales Rivera, silencio.
Víctor Janeiro, dos orejas.
Michel Lagravere ‘Michelito’, silencio.
Y el novillero José Antonio Díaz ‘Joselito de Córdoba’, dos orejas.
Presidió la alcaldesa, María Teresa Lobo, y estuvieron presentes el consejero de Movilidad y Transformación Digital, José Luis Sanz Merino, y los diputados provinciales Pilar Martín, Elisabeth Lázaro y Juan Montes.
