El abogado Carlos Morenés, experto en Medio Ambiente, aseguró ayer que cuando un paraje natural se mantiene bello es porque los habitantes del entorno, durante generaciones, se han encargado de preservarlo. “Ellos saben como nadie cómo hay que cuidar esa naturaleza”, sentenció Morenés, al hilo de la propuesta de protección de la Sierra de Guadarrama, un asunto a su entender “muy grave”, ya que “se está llevando a unos límites exagerados, conculcando incluso los derechos de los seres humanos que habitan esas zonas”.
Ahondando en esta idea, Morenés, que acudió en calidad de invitado a la asamblea general que celebró ayer la Asociación de Propietarios “Sierra de Guadarrama”, insistió en que la protección que pretende llevar a cabo la Junta supone “un handicap” para los pobladores de la zona, al convertirlos “en ciudadanos de segunda”, con limitaciones “atroces” a su derecho de propiedad. A medio plazo, este experto pronosticó, si la Junta continúa con sus planes, “un éxodo a las grandes ciudades, el envejecimiento de la población de la zona y un empobrecimiento de los que resistan en el lugar”.
Para Morenés, que se mostró partidario de la protección de la naturaleza, ésta debe comenzar por los parajes “muy señalados”, entre los que citó Yellowstone, Doñana o las cataratas del Niágara. “Guadarrama tiene sus valores, pero no es un lugar excepcional, no hay argumentos que justifiquen una declaración como parque”, agregó. A su juicio, en el debate actual confluyen intereses, tanto de Madrid como de Segovia, que quieren “tener pulmones de oxígeno para que sus ciudadanos puedan salir al campo y disfrutar”, una pretensión que, en ocasiones, “puede vulnerar” los derechos de los habitantes de la zona. “Si se reduce la posibilidad de desarrollo de estas personas, la zona quedará vacía de población y la administración comprará los terrenos a precios baratos, incrementando sus inmensas posesiones, casi siempre mal cuidadas”, concluyó.
