Las médicos forenses que examinaron a Montserrat González tras acabar con la vida de Isabel Carrasco explicaron ayer en la Audiencia Provincial de León que la autora confesa del crimen es “fría, con poca capacidad para empatizar, con tendencia a la manipulación”, pero que es consciente de sus actos. “Sabía lo que hacía. No presentaba ningún arrepentimiento”, precisaron.
Montserrat no presentaba en el momento del reconocimiento ningún trastorno ni patológico ni delirante. En relación a este último, las peritos insistieron en que “no aparece de forma brusca y cede en tres o cuatro días”, sino que “se produce a lo largo del tiempo y persiste a lo largo de la vida de la persona”. En el caso de la autora confesa, añadieron, es “una persona estable que ha estado siempre trabajando para el bienestar de su hija”.
Después del crimen, Montserrat no se mostró arrepentida por lo que había hecho, pero estaba “afectada” por las consecuencias que estaban sufriendo su hija, Triana Martínez, y la agente de Policía Local Raquel Gago. Además, decía que “no había elegido un buen momento” para disparar a Isabel Carrasco porque había mucha gente en el entorno de la pasarela.
Las mismas forenses también examinaron a Triana, de quien destacaron que tiene “un elevado concepto de sí misma”, que es “emprendedora y se pone muchos retos, muy inteligente, con mucha autoestima y con tendencia a la manipulación. Ella considera que es una persona capacitada, inteligente, buena persona, si ella no trata mal a la vida, espera recibir una recompensa de cómo se comporta”, indicaron.
No obstante, aseguraron que Triana “tiene poca resistencia a la frustración”, pero que “no es fantasiosa” ni tiene “ninguna manifestación de alteración mental”.
La agente de Policía Local Raquel Gago, manifestaron estas mimas médicos forenses, no tiene “ninguna patología” y que “en todo momento sabe lo que está haciendo y lo que está pasando”, pero que “no quería asumir, ni admitir” lo ocurrido.
En cuanto a su relación con Montserrat y Triana después de la muerte de Isabel Carrasco, las peritos precisaron que “no manifestaba odio” hacia ellas, pero sí que decía que “no quería saber nada de ellas”.
El psiquiatra llamado a petición de la defensa de Montserrat González y Triana Martínez rebatió el informe de los peritos forenses y negó que la autora confesa de la muerte de Isabel Carrasco careciese de trastornos, ya que en su opinión tiene manía persecutoria, un tipo de paranoia.
En opinión de este psiquiatra, Montserrat tiene un “trastorno de ideas delirantes persistente” por el que cree que Isabel Carrasco “es la causa de todos los males de su hija y que está haciendo una persecución implacable de su hija, algo que es absurdo”.
Además, Montserrat considera que Isabel es “una persona absolutamente todopoderosa, que no hay ningún poder que le pueda poner freno”. Por esta razón, considera que Montserrat piensa antes del crimen que “no hay ningún tipo de forma de salir de eso que no sea acabar con esa persona. Se trata de un trastorno equivalente a una psicosis”, precisó.
En relación a Triana, este mismo médico ratificó que no tiene ningún problema mental, pero sí una “dependencia no normal de la madre. Tiene un “trastorno de dependencia leve de la personalidad” porque es una persona “muy independiente en general”, añadió.
