El primer ministro italiano en funciones, Mario Monti, declaró ayer que valoraría comparecer en las próximas elecciones siempre y cuando estuviera respaldado por una fuerza política fiable, capaz de proseguir con el programa de reformas iniciado durante su estancia al frente del Ejecutivo tecnócrata.
Il Professore, que la semana pasada presentó su dimisión, no confirmó su presencia en los próximos comicios del 24 y 25 de febrero, pero si declaró su intención de ofrecer su «apoyo, consejo y, de ser necesario, liderazgo», a cualquier partido con un programa político que le convenza.
«Si un conjunto político de peso me pide que me presente a primer ministro, lo consideraría», declaró en la rueda de prensa de fin de año, recogida por los medios de comunicación transalpinos.
Monti solicitó al próximo Ejecutivo del país que no haga promesas electorales fáciles ni dé marcha atrás en el camino de reformas emprendido ya por su Gabinete. «Hemos de evitar pasos ilusorios y extremadamente peligrosos hacia atrás», destacó, a la vez que mantuvo la incógnita sobre su futuro político. «No estoy en ningúna formación», declaró antes de precisar que su intención es, en un principio, la de proporcionar ánimos, consejos y, de ser necesario, liderazgo.
Además, enumeró una serie de reformas que el ganador de los comicios debería abordar, como una simplificación más avanzada de las leyes laborales tras la modificación ya realizada por Monti, y una reforma del sistema legal.
Así, el político indicó, a groso modo, las pautas principales del camino que a su entender debe seguir Italia tras las próximas elecciones, y cuyo primer punto resumió en una frase: «No destruir lo que con el sacrificio de todos se ha hecho este año».
En ese sentido, subrayó la importancia de «no salirse de las líneas europeas, que se pueden criticar pero que existen» y no prometer imposibles, como por ejemplo la eliminación de un impuesto inmobiliario llamado Imu, y que Silvio Berlusconi asegura que liquidará si sale elegido primer ministro. «Si se quita del medio, quien tenga que gobernar después de un año, se verá obligado a poner un Imu doble», advirtió Monti.
No a ‘il Cavaliere’
El excomisario europeo defendió así el trabajo de su Gobierno y aseveró que no había podido aceptar la oferta de su predecesor, Berlusconi, de liderar a la centroderecha en las elecciones.
También señaló que se ve «incapaz de comprender» los frecuentes cambios de postura de Il Cavaliere, pasando de los elogios a las duras críticas a su Ejecutivo.
Por ello rechazó la oferta formulada por el expremier para liderar el centroderecha en la próxima cita con las urnas en un discurso en el que reivindicó su labor al frente del Ejecutivo: «Llegué con el país en una situación peligrosa y ahora los italianos tenemos la cabeza bien alta frente a Europa».
