El pasado día 1 de octubre leíamos en El Adelantado que el PP es el único partido en España que recoge la libertad del voto en conciencia entre sus dirigentes y afiliados, cosa que no me he parado a contrastar pero que no pongo ni mucho menos en duda. El voto en conciencia es fundamental porque permite defender tus convicciones más profundas, los valores y enseñanzas de tus padres y abuelos y, en definitiva, te permite defender tu ADN moral. Pero, es curioso que se hable de libertad de conciencia en el Partido Popular, cuando el PP ha prometido defender la familia, la libertad de pensamiento y la vida y, cuando han tenido la oportunidad de hacerlo, gobernando con mayoría absoluta, han hecho justamente lo contrario. Los que, con buena voluntad, han intentado defender estos valores y han levantado públicamente la voz, han tenido que rectificar y han sido relegados, fulminantemente, a puestos irrelevantes, enseñándoles claramente la puerta de salida, por no adaptarse al patrón de pensamiento único del partido, este debe ser, lo que algunos llaman, el voto en conciencia del partido popular.
El PP ha consolidado y desarrollado todas las nefastas leyes ideológicas del socialismo, y nadie, en libertad de conciencia, ha protestado públicamente; ante, la promesa del acomplejado Rajoy, de defender la vida humana y parar el aborto, gobernando con mayoría absoluta, no hizo nada y nadie, usando su libertad de conciencia, protestó públicamente; igualmente, el tibio Rajoy, consolidó, de manera vergonzosa el adoctrinamiento afectivo-sexual de los niños en colegios e instituciones públicas, pagadas por todos, que empezó ZP y en el Partido Popular, tampoco nadie, usando su libertad de conciencia, levantó la voz.
No discuto que quede algún, valiente soñador con principios en el PP, que piense que su voto puede ser útil cuando el partido se decida a ser fiel a sus “principios fundacionales” pero, la realidad que lleva demostrando el partido todos estos años, es que, en lo moral, es tan de izquierdas como el PSOE y Ciudadanos. Por tanto, ¿de qué sirve la libertad de conciencia si nadie puede levantar la voz por miedo a perder su asiento?. Cuando acomodamos nuestras convicciones a nuestras conveniencias, la libertad de conciencia no sirve para nada. El que calla otorga y el que calla asume, sumiso, lo que se está haciendo, por lo tanto, vende su libertad de conciencia al bienestar personal y a su comodidad.
En una palabra, hablar de libertad de conciencia en el PP cuando nadie levanta la voz ante el atropello a los principios morales es como tener dolor de cabeza y ponerse una tirita en la frente.
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(*) Afiliada de VOX.