Me gusta mucho el final de temporada de tenis, con el Master ATP Finals entre los ocho mejores jugadores del ranking. Se ajusta bastante a lo que se busca: emoción, competitividad, espectáculo y negocio. Me gusta más y me parece más adecuado para esos objetivos, incluso, que el tan aplaudido formato de la Copa del Rey de baloncesto aquí en España, que no está mal, pero que el modelo del Master de tenis le supera. Quizás debieran de darle una vuelta.
Creo que, tal como está hoy en día el negocio del deporte, es importante acertar con el modelo de competición. Proliferan los formatos eternos, los partidos intrascendentes, las competiciones sin ton ni son (la SuperCopa, la Megacopa, la RequeteCopa…), con calendarios infumables para los aficionados y sobrecargados para los jugadores, diluyendo el interés de unos y agrediendo el físico de los otros.
Me llama la atención que se diseñe el Mundial de fútbol de 2016 con una fase final de 48 equipos. Eso supondrá unas fases previas destinadas a eliminar a cuatro gatos, despojando a esas fases de la emoción que se ha vivido, por ejemplo, estos días con la clasificación de las selecciones europeas para el Mundial de Qatar.
Creo que el afán por vender más producto y hacer más negocio está ajusticiando la calidad, y hasta la esencia, de la competición
No sé… creo que el afán por vender más producto y hacer más negocio está ajusticiando la calidad, y hasta la esencia, de la competición.
Por cierto, que para categorías de formación, el propio tenis podría copiar el formato del Master, de tal manera que los jugadores en edades tempranas pudieran competir y perder algún partido sin caer eliminados, y sin que ello les suponga no jugar más en el torneo. En fin; el mundo al revés.
