Seis jugadoras son las que componen la plantilla del primer equipo del Alhambra Unami. A pesar de ser un grupo reducido en número desde que comenzara el nuevo año, los resultados del conjunto segoviano se mantuvieron constantes en la recta definitiva del campeonato liguero de la Primera Nacional y llegó a quedarse cerca de revalidar el título, al terminar sellando la segunda posición. De esta manera, el plantel que dirige Alicia Alonso cumplió su principal objetivo: clasificarse para la segunda fase que reúne a los cuatro mejores equipos de Castilla y León y del norte y que clava su meta en el ascenso a Liga Femenina 2. Una vez llegado a este punto, el Unami se propuso disfrutar, sin renunciar a nada.
Con las ideas claras y la mente despejada habla Míriam Rollán. La escolta menorquina es uno de los pilares del grupo y, desde su llegada a Segovia en septiembre del 2016, ha desarrollado un papel protagonista con la camiseta azul gracias a su acierto de cara al aro, tal y como descifra su promedio, y a su intensidad de juego. Con la ausencia de importantes jugadoras, ahora, al igual que sus compañeras, ha dado un paso al frente y ejerce un cometido destacado en lo que a liderazgo se refiere. Su paso por Liga 2 y su estancia en el baloncesto irlandés refleja su madurez sobre la cancha y a la hora de analizar el transcurso de la temporada.
“Hemos tenido cambios significativos, aunque hemos sido capaces de asumir cada una un rol. Es verdad que somos pocas, pero eso hace que estemos más metidas en los partidos y los resultados así lo están demostrando”, explica Rollán. Los dos encuentros disputados en esta segunda fase se cuentan por victorias, evidenciando el compromiso y las ganas que tienen las integrantes del Alhambra por llegar lejos en la competición. Primero fue el desplazamiento a Santander para medirse al Tirso Igualatorio y el pasado fin de semana fue en Santiago ante el Instituto Rosalía. Dos viajes, dos triunfos: “Nos ha venido así el calendario. Ganar el primer enfrentamiento (62-63) nos dio un plus para afrontar el grueso de la campaña. Ver calentar al Tirso, con doce jugadoras, imponía bastante. Al final logramos hacernos fuertes y eso nos dio confianza para llegar a Santiago y prolongar nuestra dinámica (52-71). Tras confirmar nuestra proyección, no renunciamos a nada”.
Mañana, sábado, vuelven a coger la carretera para llegar hasta Avilés. En la localidad asturiana espera el Alecar Skoda para jugar a las 20.00 horas. Respecto a este rival, la escolta comenta: “Personalmente conozco a una base, de buen control, y a una interior, física y rápida. Tiene una plantilla corta y, aunque no ha empezado muy bien -ha perdido contra el Santa Marta y el San Isidro-, querrán ganar su primer partido”.
Abril, cuatro partidos en casa
Será en abril cuando el Emperador Teodosio tome parte en la competición, con un mes repleto de encuentros en el feudo segoviano. “Jugamos hasta cuatro jornadas seguidas en casa. Vienen de forma continuada el Maristas, el Tirso, el Instituto Rosalía y el Avilés. Los dos primeros a priori son los dos más complicados”, apunta la menorquina.
En cuanto al rendimiento de la plantilla y su corta extensión, asegura: “Acaparamos más minutos y acabamos disfrutando más. La clave está en que el vestuario es una piña y en la confianza que deposita Alicia en cada una de nosotras. Además, las jugadoras junior también nos ayudan, sobre todo en los entrenamientos. Es verdad que en los tramos finales de los encuentros hay veces que se nota el aspecto físico, pero estamos manejando bien los tiempos para que no nos pase factura”.
