Miriam Otto, una joven arquitecta española, está cumpliendo su sueño en Nueva York, la ciudad en la que ha encontrado su verdadera pasión por el diseño y la arquitectura. Tras formarse en el campus de IE University en Segovia y dar sus primeros pasos profesionales en Barcelona, decidió embarcarse en el gran proyecto de su vida: probar suerte en la Gran Manzana.
Y es que hace un año y medio comenzó uno de los capítulos más importantes de su carrera. Actualmente, trabaja en un prestigioso estudio boutique de interiorismo y arquitectura en Flatiron, una zona de Manhattan donde se concentran algunos de los mejores restaurantes y tiendas de la ciudad y cuyo nombre proviene del icónico Flatiron Building, un edificio conocido por su peculiar forma triangular que recuerda a una plancha antigua y que está considerado el primer rascacielos de Nueva York.
En Grisorio Studio, Miriam Otto desarrolla trabajos que abarcan desde el diseño de una clínica dental boutique de lujo en Rockefeller Center hasta proyectos de exclusivas residencias, como un elegante chalé y un penthouse en West Village, uno de los barrios más de moda, además de un apartamento en Brooklyn con impresionantes vistas al río y al skyline de Manhattan.
“Mi trabajo me permite desarrollar proyectos de ensueño, explorar mi creatividad al máximo y colaborar con artesanos con un enorme talento procedentes de todo el mundo”, subraya. “Disfruto especialmente cuando acompaño a nuestros clientes durante todo el proceso, desde la concepción hasta el último detalle, creando espacios que realmente reflejan su personalidad. A través de estos proyectos, he desarrollado un estilo que equilibra lo clásico y lo moderno, generando un diálogo entre la historia y el tiempo presente”, explica.
Aunque lleva poco tiempo en Nueva York, Miriam Otto siente que ya está echando raíces en la Gran Manzana. “Esta ciudad no solo es fascinante para los que amamos la arquitectura y el interiorismo, sino que también es el epicentro del arte y el diseño. Es un lugar lleno de inspiración y motivación, donde estás constantemente rodeado de gente creativa. Es un entorno emprendedor del que se aprende cada día y donde surgen oportunidades únicas”.
Así me lo cuenta estos días por correo electrónico esta joven española, que creció en Berlín y se formó como arquitecta en Segovia, la ciudad donde comenzaron a forjarse sus sueños profesionales y donde surgieron sus primeros proyectos emprendedores junto a varias compañeras universitarias.
EL ORIGEN
“Todo comenzó jugando con los materiales de nuestras maquetas en las clases de Arquitectura. El metacrilato nos fascinó y empezamos a imaginar cómo transformarlo en algo completamente diferente. Así, empezamos a fabricar pendientes”, relata Miriam Otto, que recuerda a las que fueron sus compañeras de viaje en aquel primer proyecto: Celia Sánchez Ylla, María González Rodríguez de Biedma y Candela González del Tánago.
De ahí nació The Earthing, su primer proyecto, “montado literalmente en el salón de nuestro piso en Segovia”. Era, como ella misma describe, “un laboratorio experimental donde la arquitectura se transformaba en joyería”.
En 2019, las cuatro estudiantes de IE School of Architecture and Design decidieron dar un paso más y reinventarse. Cambiaron el nombre de su empresa, que pasó a llamarse The Thing Studio, con una premisa muy potente: crear una marca con capacidad de evolución y sin ningún tipo de límite creativo.
“Este pequeño cambio representaba nuestra filosofía de diseño sin barreras, donde la creatividad no se pone ninguna frontera. Más que un rebranding, fue el primer boceto de nuestro sueño de crear nuestro propio estudio”, subraya.
The Thing Studio nació, por tanto, en Segovia, fruto de la visión de cuatro arquitectas formadas en IE University. Lo innovador de esta marca de joyería ha sido su capacidad para traducir principios arquitectónicos en arte vestible.
“Las colecciones se distinguen por sus formas geométricas precisas y el uso creativo de materiales expresivos, donde cada pieza narra una historia de diseño contemporáneo y atemporal”, explica Miriam Otto. Para ella, la artesanía es la base de su trabajo y destaca que “cada producto se elabora con orgullo en España”. “Desde las primeras etapas del diseño hasta los últimos pasos de producción, todo se realiza a mano, garantizando atención al detalle y calidad. Como parte del movimiento slow fashion, optamos por dar prioridad a la sostenibilidad, las prácticas éticas y los diseños atemporales”, destaca.
Las diseñadoras han apostado por la producción a pequeña escala, en colaboración con artesanos locales, y por soluciones innovadoras a través de herramientas contemporáneas.
SEGOVIA
Desde Nueva York, Miriam Otto siente cierta nostalgia por aquellos años felices en Segovia, un lugar que siempre llevará en el corazón. “Siempre será un enclave especial para nosotras. Fue nuestra casa durante cuatro años y siempre la consideraré mi hogar. Echo de menos los paseos por los jardines del Museo Zuloaga, que me llevaban a la universidad, con vistas a la sierra de Guadarrama, un lugar que me llenaba de paz y felicidad. También nuestras comidas al sol en la Plaza Mayor, en la terraza de La Concepción —con esas croquetas deliciosas— o las reuniones con amigos en casa, donde surgieron nuestros momentos más creativos para nuestro proyecto de joyería.”
Actualmente, las fundadoras de The Thing Studio desarrollan carreras paralelas en empresas internacionales, explorando distintos caminos profesionales que las apasionan. Celia trabaja en Amazon Madrid; Candela, en GCA Arquitectos Madrid, y María, en Tatiana Bilbao México.
“La sinergia entre nuestras carreras como arquitectas y nuestra pasión por la joyería nos permite aportar una perspectiva única sobre forma, materialidad y función. Esta dualidad profesional enriquece tanto nuestro trabajo arquitectónico como nuestras creaciones en joyería, creando un diálogo continuo entre ambas disciplinas”, finaliza.
