Miles de inmigrantes y refugiados lograron romper el cordón policial que les impedía cruzar a la localidad macedonia de Gevgelija, en la frontera con Grecia, y entraron a través de una zona de campos de cultivo, según informó un corresponsal de Reuters. La Policía intentó sin éxito impedir el paso utilizando granadas aturdidoras.
Los inmigrantes se dispersaron en la ciudad de Gevgelija, a la espera de conseguir transporte para desplazarse hacia Serbia. La Policía ha conseguido retomar el control de la situación con la colaboración del Ejército, según informó la agencia de noticias macedonia MIA.
“En esta Europa, los animales están durmiendo en camas y nosotros dormimos bajo la lluvia”, denunciaba una joven siria de 23 años, Fátima Hamido, una de las personas que logró cruzar la frontera desde Grecia. “Estuve cuatro días bajo la lluvia, congelada, sin nada para comer”, se lamentó.
Mientras, continúan llegando autobuses con inmigrantes desde el sur de Grecia, que permite el paso de inmigrantes pese a las protestas de Macedonia. “Estamos solos en la tarea de garantizar la seguridad en la frontera”, afirmó un portavoz del Ministerio del Interior macedonio, Ivo Kotevski, en declaraciones a MIA.
“Anunciamos que seguiremos permitiendo la entrada selectiva a un número limitado de inmigrantes en cifras que puedan ser tratadas de forma humana y trasladadas desde nuestro lado de la frontera”, destacó. Así, los trenes continúan trasladando a los inmigrantes que logran cruzar hacia la frontera con Serbia. Kotevski destacó que ningún país europeo se ofreció para acoger a los inmigrantes y refugiados procedentes de Grecia.
“Instamos al Gobierno (de Macedonia) a iniciar la apertura de la frontera nuevamente y priorizar a los más vulnerables, como las mujeres, los niños y las personas enfermas”, apelaron una funcionaria del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Alexandra Krause. “Hay unas 3.000 personas aquí y las cifras están creciendo”, indicó Krause en declaraciones a la agencia Reuters.
