Isabel la Católica y su séquito dejaron ayer domingo libre las calles de Segovia para que el millar largo de participantes en la Marcha de Apadefim (Asociación de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual, Física y Mental de Segovia) fueran proclamados reyes de la calle por cuadragésima tercera vez. No es fácil que una marcha popular llegue a esa edad y con tan buena salud. Andar en compañía y la solidaridad rejuvenecen.
La marcha de ayer tuvo un recorrido de 5,3 kilómetros, urbanos completamente y aptos para todas las tallas de zapatillas. Desde la plaza del Azoguejo hasta la explanada de la iglesia de San Millán, un recorrido casi circular que pasó en una mañana soleada por el paseo del Conde de Sepúlveda, y las avenidas Gerardo Diego, Padre Claret y Vía Roma.
Entre los caminantes estaba el alcalde, José Mazarías, para el que esta actividad le permite “andar en compañía de los chicos y chicas de Apadefim. Todo un lujo y una suerte por la alegría que desprenden y la lección de vida, valentía y superación que nos dan a todos. Además, es una manera de apoyar y de agradecer el trabajo que realizan desde Apadefim y la Fundación Personas, en aras de la integración y la inclusión de todas las personas”.
En el Azoguejo, también estaban la subdelegada del Gobierno en Segovia, Mariam Rueda, y la delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Raquel Alonso, entre otras personalidades.
Antes de la salida, el presidente de Apadefim, Carlos Martín Pérez, estaba satisfecho por la visibilidad que la Marcha da al colectivo. “Afortunadamente la sociedad segoviana se vuelca siempre con la Marcha y los chavales y chavalas de Apadefim disfrutan porque es su día”.
La cara solidaria de la Marcha de Apadefim la ponía este año el destino de lo recaudado: la cubierta de su centro ocupacional de El Sotillo necesita ser cambiada y necesitan 400.000 euros para ello. Ayer no se consiguió esa cifra, pero se cogió impulso para conseguirla más pronto que tarde.
