Parecería increíble, inaudito, si no conociéramos la idiosincrasia segoviana, que después de treinta años que se empezó a hablar del apeadero o entonces terminal de autobuses de la capital (infraestructura obviamente imprescindible para el tejido del transporte y tráfico de viajeros en cualquier ciudad), se continúe hoy hablando de previsiones, falta de medios, infraestructura infrautilizada, ninguneo de la actual, falta de interés municipal, solapado de verdaderas intenciones del Ayuntamiento que pueden afectar a la regulación, gestión y uso que -después de muchas controversias y contenciosos- parece que había quedado definitivamente zanjados a raíz de su solemne y ansiada declaración como “Estación de Autobuses” en junio del pasado año 2.017 en virtud del “buen entendimiento y colaboración entre el Servicio Territorial de Fomento y el Ayuntamiento de la capital segoviana”. Quedaban atrás posturas en las que todos tuvieron que ceder un poco, focalizándose como las más árduas las importantes obras de remodelación de la infraestructura imprescindible para su pomposo y esperado reconocimiento especial. Atrás quedaron también obras judicializadas, dineros invertidos con más o menos fortuna, aplicaciones inservibles, indemnizaciones,etc. Y quedaban atrás igualmente apelativos tan sangrantes como “apeadero” o “terminal” que, evidentemente, eran insuficientes para el rango de Segovia.
Mas cuando el “tsunami” de esa infraestructura parecía haber terminado de pasar, vuelve ahora a cuestionarse si es así y hemos quedado todos conformes. Pero que va. La cosa colea e incluso sin haberse ejecutado los peque flecos (con ser importantes) que desde hace más de un año debía de haber afrontado el Ayuntamiento consolidando así situaciones jurídicas que den garantía de seguridad y óptimo funcionamiento al servicio que se exige de una “estación de autobuses” como señalizaciones de dársenas, determinación de dependencias de expedición de billetes,factuación y consigna, servicios de seguridad en la estación, servicios higiénicos suficientes y adecuadamente higienizados, tasas de alquiler de locales y publicidad,etc.; es decir un Reglamento de funcionamiento en condiciones. Pero no es eso lo malo, por que según un prudente y bien documentado informe que facilita la Plataforma en Defensa de la Estación de Autobuses, lo que se sigue cuestionando todavía es si procede o no llevar a cabo el proyecto del Ayuntamiento de ubicar una nueva estación de autobuses aledaña a la estación del ferrocarril convencional en Obispo Quesada. Y temen -no sin cierta desconfianza- en que, a pesar de lo asegurado por la alcaldesa Clara Luquero de que la actual estación de Ezequiel González seguirá con servicio activo que compartiría con la nueva, la vedad es que no se fían y claman por que de una vez quede zanjado el asunto y la permanencia definitiva de la actual en su sitio. Y en todo caso, aplicar la enorme cantidad de metros de que dispone el Ayuntamiento y pudiera reclamar si fuera necesario, para ampliarla, dotándola de recursos y medios para un servicio eficaz, próximo a la ciudadanía y una de ubicación envidiable. Y dejan entrever, sibilinamente, que esta operación de nueva infraestructura pudiera obedecer más a una especulación de suelo -y altos vuelos- que al mejoramiento de instalaciones de servicio a la ciudadanía. No en balde la Plataforma sigue de cerca y bien documentada las reuniones que al parecer se siguen manteniendo “nada inocentes .sin ningún matiz social-entre Ayuntamiento y ADIF (Renfe, para entendernos) que tiene mucho interés en rentabilizar su enorme cantidad de terrenos en torno a la antigua estación de tren, algo que pudimos constatar en la entrevista que mantuvimos con el Director General de Desarrollo de Negocio Corporativo”.
Y como no hay que fiarse de Renfe, pues todos sabemos lo que pasó con el trazado de Segovia-Medina, con la lamentable ubicación del AVE o la mutilación del servicio de Segovia.Madrid,Segovia directo, la Plataforma -y muchísimos segovianos que la respaldan- lo que quieren es que la Estación de Autobuses del Paseo de Ezequiel González (tan maja como está ahora y mejor que quedará cuando la peinen esas greñas que todavía tiene sueltas) continúe donde está y que se dejen en paz otros proyectos más cuestionados. Y llevan razón.