Parece fuera de toda duda que en tanto no se articulen desde los Presupuestos Generales del Estado los recursos de financiación destinados a Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, estas Instituciones se encuentran atadas de pies y manos -en muchas ocasiones- para elaborar el documento más importante del año como viene a ser eje de la gobernanza; su Presupuesto de funcionamiento. De ahí que al no tener aprobados el equipo de Pedro Sánchez los Presupuestos del Estado difícilmente puedan aventurar un plan serio de inversiones ni incluso contar con la garantía necesaria para los servicios ordinarios de funcionamiento. Como es el caso de la Junta y, como realidad más cercana, el propio Ayuntamiento de Segovia.
Ese es, en fin, el quid de la polémica en la que está enzarzado el equipo de gobierno de Clara Luquero y el resto de los grupos políticos,que coinciden en que esa falta de redacción del documento presupuestario evidencia la “incapacidad y agotamiento del gobierno municipal socialista” según el PP que incluso ven en la posible prórroga de los presupuestos del 2.018 un claro abandono del PSOE. Descalificaciones en las que tampoco se quedan atrás ni C’s ni UPyD. Así, claro, por algún sitio tenía que salir la alcaldesa, quien se lamenta de la falta de colaboración de los grupos de la oposición que la han mostrado su posición contraria a la aprobación que les solicitaba y haciendo hincapié en que les falta sensibilidad y responsabilidad. Pero claro, aquéllos se justifican en el sentido, primero, de que la alcaldesa afirma que los presupuestos están confeccionados (pero no los presentò por el temor justificado a que se les echaran abajo y decidió prorrogar los pasados): y segundo, que lo único que les ha presentado son dos escuetos folios con algunos datos imprecisos. ¡Y cómo van a aprobar con eso unos presupuestos que deberían ser rigurosos y detallados! Y la cerrazón se focalizó en el importante capítulo de las inversiones, que unos querían votar en conjunto y otros desglosados. Y esa intransigencia dio al traste con las inversiones.
Por otra parte todos los grupos de la oposición coinciden en que no admiten -de ninguna manera- que se invierta ni un euro más en el famoso y controvertido edificio CIDE,hijo menor del CAT en el que la señora Luquero quiere invertir 2`5 millones de euros, la mitad del montante de las inversiones previstas para todo el año (además de los casi 2 millones de euros por sentencias judiciales adversas, según la formación magenta). Sin embargo la alcaldesa -lejos de presentarles unos presupuestos en debida forma- se saca de la manga un “Plan B” que financiaría el bloque de inversiones mediante un préstamo de más de 4 millones de euros (más intereses,claro). Que tampoco prosperó.
Como se ve, todo un maremágnum político-municipal en el que no se atina a clarificar verdaderamente primero si el equipo de gobierno se conforma, como dice, con los Presupuestos prorrogados para 2.019 para lo que Luquero dice haber dado instrucciones a la Intervención para llevar a cabo la modificación pertinente; cuáles son los capítulos donde se actuará (los grupos también coinciden en que tampoco en los datos que les han facilitado con cuentagotas no coinciden ingresos y gastos): y si pueden dar o no credibilidad a lo que afirmaba la alcaldesa de que “ el Presupuesto estaba hecho y podría haberse aprobado en 15 dias a poco que hubiesen colaborado los grupos disidentes, o al menos que contase con la abstención de uno de los concejales de esos grupos, lo que viabilizaría el documento presupuestario. Pero tampoco les hace caso al requerimiento de aquellos grupos en el sentido de que si es cierto lo que dice la alcaldesa los hubiera presentado de forma más transparente. Pero ni por esas.
Asi es que, claro, en estos rifi-rafes los veinticinco de la gobernanza municipal, pierden el tiempo, les debilita el esfuerzo aplicado y se demora impenitentemente la realización de muchas obras que Segovia necesita urgentemente como saneamientos y abastecimientos (que se lo digan a los vecinos de Ezequiel González que llevan casi un año con un hundimiento en el que han crecido hasta tomates y unas filtraciones de agua que en al menos un edificio -además de inundaciones persistentes en sus cuartos trasteros- están afectando a sus cimientos principales del edificio con gran riesgo por su deterioro).
Y “La calle” no tiene por menos que preguntarse ¿es que es tan difícil gestionar un Ayuntamiento como el de Segovia? Que no es el de Nueva York, hombre. Yo creo que sólo es cuestión de entenderse y consensuar, dejando en la puerta la prepotencia y la obstinación.