Tal vez, como sucede en el ciclismo en pista, los competidores estén solo tanteándose, frenando después de haber acelerado hasta la extenuación y reservando fuerzas para el último esfuerzo. O tal vez sea miedo a ganar, esa sensación que ha paralizado históricamente a infinidad de deportistas que han fracasado cuando más cerca parecían tener el triunfo. Sea cual sea la razón, la lucha por el título se ha afeado, no solo porque el Atlético perdió una oportunidad de oro cediendo un empate en casa, porque el Barça sigue hecho unos zorros y fue incapaz de ganar en el campo del Elche, sino porque el Real Madrid se ha descabalgado de esta pugna con descaro. En una semana de tres partidos, el equipo de Ancelotti ha tirado la competición: dos puntos de nueve posibles (empates ante Valencia y Valladolid, derrota el domingo en Vigo). Con un pleno, ahora mismo sería el máximo candidato al título, ya que hubiese acumulado 91 puntos, dos más que el Atlético y cinco más que el Barça… y le hubiera bastado con ganarle en la última jornada al Espanyol en el Santiago Bernabéu para conquistar el anhelado triplete. No será así: el Real Madrid, después de dejarse empatar hace dos fines de semana por el Valencia, ya solo piensa en Lisboa.
Precisamente por eso, porque el tercero en discordia levantó el pie del acelerador, Atlético y Barça se han concedido una pequeña tregua antes del partido que decidirá el campeonato. Los rojiblancos, todavía líderes, han ganado solo un punto de los últimos seis en liza. Los azulgranas, dos empates ante dos equipos de la zona baja. Los nervios atenazaron al Atlético, que tuvo la Liga en un lanzamiento de envenenado de Adrián en el minuto 95 de partido, pero Willy Caballero sacó una mano prodigiosa para dejar todo en el aire. El 1-1 ante el Málaga deja las cosas como estaban antes de la penúltima entrega del campeonato, porque el Barça tampoco hizo sus deberes en el Martínez Valero. Un tiro al poste de Iniesta y algún disparo lejano de Messi fueron el único argumento digno de mención de un equipo que, aún con todas las opciones del mundo, ofrece la sensación del típico equipo de zona media de la tabla que hace tiempo sestea en los partidos y pulula por la clasificación como alma en pena.
El próximo sábado, a las 18:00 horas, puede pasar cualquier cosa porque el Atlético tiene toda la raza del mundo y el Barça, un fútbol que no ha olvidado pero sí escondido hace algún tiempo. Será el partido que salve la honra de tres candidatos que, voluntaria o involuntariamente, han aflojado en la recta final y deslucido el espectáculo fiero con el que peleaban por el título.