Uno de los hechos que más impacto dejan en el marco de los sentimientos viene a ser, sin duda, la pérdida, la muerte, el alejamiento involuntario y definitivo de un amigo. Más aún cuando esa amistad, ese cariño, está cimentado a lo largo de los años y de una frecuente convivencia profesional. Es el caso de mi querido amigo Pepe Castrillo a quien acabo de perder y con quien tantísimas ilusiones y esfuerzos compartimos en el mundo de la información: él radiofónica. Yo escrita.
Un mundo sin horarios. Sin horas. No exento de trabajo y sacrificios. También muchas veces de incomprensiones y ataques venales a una labor bien y honestamente hecha. En ese campo de la información sin red, siempre me viene a la mente, al recuerdo, aquella sección que durante todo un verano compartimos en ‘El Adelantado de Segovia’ –cuando aún pipiolos- titulada ‘Redacción de tarde’ donde además de un comprometido editorial (que debe ser el alma de cualquier periódico libre) recogíamos la actualidad diaria segoviana.
De Pepe Castrillo me parece oportuno y de justicia destacar (dentro de la tristeza que me embarga) algunos importantes aspectos que dieron sentido a su vida y que sin duda le convirtieron en el icono de la información de esta tierra por encima de sus reconocimientos profesionales (que los tuvo y no pocos ni menores) como el apasionamiento que sentía por su profesión, la Radio, a la que se entregó en cuerpo y alma sustentada, además, en su vocación de servicio a los demás; su solidaridad y apoyo humanitario y radiofónico hacia quienes estimaban conculcados sus derechos o libertades, que veían en Pepe Castrillo el vehículo de sus reivindicaciones. Eso le granjeó una extraordinaria popularidad en una tierra hostil y escasamente generosa. Es decir su esfuerzo día a día. Y su tierna humanidad encaminada hacia una sociedad más justa. Y, sobre todo, su sentido de la amistad y lealtad con quienes gozamos de su estima. Ahora, con el alejamiento sideral y definitivo que nos deja tan solos, sólo cabe desearte, mi querido amigo Pepe, un eterno descanso.
