El pasado día 12 de agosto se cumplió un siglo del nacimiento del ya desaparecido actor mexicano Mario Moreno, más conocido por el público como Cantinflas. Una efeméride que está teniendo una gran repercusión entre el pueblo del país americano, en particular, y para todos los amantes al cine, en general, donde se están realizando varios actos, como por ejemplo, una exposición fotográfica que cuenta con 126 imágenes del actor que pueden verse a lo largo del parque de Chapultepec, en Ciudad de México.
El Mimo de México, como también se le conoce en su país, realizó más de 50 películas con sus particulares enredos al hablar y su carisma. Lapsus tales que lo llevaron a crear célebres frases para el celuloide como: «El mundo debería reírse más, pero después de haber comido», «Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado» o «Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad». Sentencias que en 1992 llevaron a la Real Academia de la Lengua Española a definir y aceptar como verbo el término cantinflear como hablar mucho sin decir nada.
Mario Moreno fue el sexto de una familia de 15 hermanos. Comenzó estudios de Medicina por querencia de su padre, pero debido a la mala situación económica por la que atravesaban, tuvo que buscar trabajo en el circo y pronto sus grandes dotes para la interpretación, su ternura y visión optimista del mundo, le llevaron a crear el personaje de Cantiflas, prototipo de un hombre pobre, pero simpático que fue inspirado en un barrendero borrachito, al que conoció cuando trabajó en un teatro.
En lo personal, se casó con Valentina Ivanova con la que vivió hasta la muerte de ella (1966). Años antes, su esposa tuvo un hijo con otro hombre, que fue adoptado por el artista. El niño se llamó Mario Moreno Ivanova.
Su carrera en el cine comenzó como publicista, en tanto que su primera aparición como actor fue en la película No te engañes corazón (1936), a la que le siguió la exitosa Ahí está el detalle (1940), de Juan Bustillo, gracias a la cual fijó su personaje.
Pero, además, rodó otros títulos como: El ministro y yo, El profe, Por mis pistolas, Su excelencia, El bombero atómico y Si yo fuera diputado, todos ellos escritos por el propio artista. En 1957 recibió el Globo de Oro al mejor intérprete por el musical La vuelta al mundo en 80 días y, posteriormente, su nombre quedó plasmado en el Paseo de la Fama en Hollywood.
Tras su fallecimiento, el 20 de abril de 1993, a causa de un cáncer de pulmón, comenzó una batalla legal entre su hijo y legítimo heredero, Mario Moreno Ivanova, y el sobrino del actor, Eduardo Moreno, por el control de gran parte de las películas hechas por el mexicano. El segundo hijo del hermano del cómico ganó la demanda en dos ocasiones, pero el fallo sigue en el aire a pesar de dos apelaciones del hijo.
Al mismo tiempo, surgió otra demanda entre la productora norteamericana Columbia Pictures y el propio Ivanova sobre el control de esas películas, y después de ocho años de litigios, finalmente la empresa estadounidense se quedó con todos los derechos.
Selecta biografía
Por otro lado, la Fundación Mario Moreno publicó hace unos días en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México el libro Cantinflas: el actor, el torero, el empresario, el hombre, que repasa la vida y obra del cómico en este centenario.
La biografía fue presentada por familiares y amigos del artista. «El libro servirá para preservar su vida ejemplar», indicó Roberto González Barrera, íntimo del cineasta.
El ejemplar, de autoría múltiple y que no se comercializará, tendrá el privilegio de estar en propiedad únicamente para algunos de los seres más cercanos del homenajeado.
Antes de la puesta de largo del libro desfilaron por el escenario del teatro del Palacio de Bellas Artes algunas de las personas que compartieron su vida y su trabajo con el actor mexicano. Así, su sobrino y vicepresidente de la Fundación Mario Moreno Cantinflas, Eduardo Moreno Laparade, dijo que su tío fue «un ejemplo» para todos y que para él en concreto fue «un segundo padre».
Moreno Laparade destacó que el cómico era un hombre de una «gratitud que rayaba el ridículo» y que lo que más valoraba en la vida era «la lealtad y la honradez» valores que, agregó, apoya su fundación.
La actriz María Sorté, que trabajó con el actor en su última película, El Barrendero, afirmó que una de las mayores bendiciones de su vida fue haberle conocido.
También salió al escenario el periodista Pedro Ferriz de Con, que definió al Mimo de México como un hombre que «promueve valores universales» y señaló que, de seguir vivo, llamaría a la gente a la «decencia» y a la «defensa de los derechos de todos».
Asimismo, Ferriz de Con se dirigió al sobrino del artista como «el hombre digno que representa a Cantinflas».
Estas palabras venían a colación del litigio que Moreno Laparade mantiene con el hijo adoptivo del cómico.
Recientemente, este último ha denunciado que «fundaciones apócrifas» intenta lucrarse con el centenario de esta fecha.
Otro de los presentes en el homenaje que tuvieron palabras de elogio para el intérprete fue el actor Joaquín Cordero, quién señaló que es y será siempre el paradigma del comediante en México y en otras partes del mundo».
Regreso al cine
Mientras, el proyecto cinematográfico que devolvería a Cantinflas a la pantalla sigue en marcha. Se trata de una biopic protagonizada por el actor español Óscar Jaenada, quien en su día ya llevara a escena a otro ilustre artista como el cantaor Camarón de la Isla, y que manifestó hace algunos meses que «el filme no está parado y seguimos trabajando para su estreno».
Y es que en un principio la cinta, cuyo guión corre a cargo de la argentina Gabriela Tagliavini y está bajo la dirección de Alejandro Gómez Monteverde, debería ser estrenada antes de que finalice 2011, aunque a día de hoy el rodaje aún no ha finalizado.
