El Barcelona venció ayer al Betis, con un ‘doblete’ de Leo Messi, para mantener los 11 puntos de ventaja sobre el Real Madrid, dejar el título liguero más cerca y volver a la senda del triunfo tras perder ante el Bayern de Múnich (0-3) en la vuelta de las semifinales de la Champions.
Con el ariete argentino en el banquillo y Tello de titular, el conjunto azulgrana quería recuperar la sonrisa tras ser un equipo grisáceo y demasiado vulnerable ante los bávaros. Pero la intención de resurrección iba a sufrir un revés inoportuno cuando Pabón se quedó mano a mano con Pinto y el colombiano multiplicaba las pulsaciones en el Camp Nou con su gol.
Pero no hubo mejor efecto motivador que un orgullo herido, trastocado tras años de esplendor. Cuando los andaluces aún se relamían, apareció un monumental Iniesta para mandar un centro teledirigido a Alexis para que el chileno marcara de cabeza su sexto tanto en el campeonato.
Con el manchego ejerciendo de líder, los de Vilanova ganaban clarividencia y el cuadro visitante estaba cohibido corriendo detrás de un esférico que iba demasiado rápido. A Villa le llovían las ocasiones, pero le faltaba el atino. Cegado ante el gol el asturiano, Tello ponía el desparpajo y la explosividad con un disparo al larguero.
Fiel a sí mismo, el Barcelona no renunció al fútbol de toque mientras los andaluces, sin la creatividad de Beñat sobre el campo, aprovecharon cualquier contra para poner en vilo a la zaga ‘culé’. Antes del descanso, una pérdida de Alexis en tareas defensivas terminó con un disparo espectacular de Rubén Pérez imparable para Pinto (1-2).
Después de reflexionar en el vestuario, los catalanes sabían que estaban contra las cuerdas. Mientras tanto, Messi observaba la función desde la banda con ganas de ser el protagonista. Cuando más necesitaba el tanto el Barcelona, emergió Villa para rematar un asistencia milimétrica de Alves desde la banda (2-2). Con las tablas en el marcador, el astro argentino salía a escena supliendo al de Tuilla.
Y como aquel que necesita reconciliarse con el gol, el de Rosario mandó a las mallas la primera que tuvo tras un lanzamiento soberbio de falta. En un abrir y cerrar de ojos, el cuadro local había pasado de la preocupación al éxtasis más deprisa que despacio.
Con Messi en el césped, el conjunto ‘culé’ parecía sentirse más a gusto consigo mismo. Sin apenas haber tocado el esférico ya había marcado un gol y mandado otro disparo de falta a la misma cruceta. Estando más lúcido y mejor posicionado, Iniesta capitaneó una jugada que cedió de tacón a Alexis y el chileno se la entregó con cortesía a la ‘Pulga’ para que anotara el cuarto a puerta vacía.
Mientras tanto, el Betis contemplaba atónito tal gesta, tras haber estado dos veces por delante en el marcador.
