La canciller alemana, Angela Merkel, anunció ayer la redacción de una «agenda del crecimiento» para la Unión Europea, que tendrá que estar lista para la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE el próximo mes de junio.
Entre otras medidas para impulsar la progresión en la Unión, la germana propuso que se refuercen «las posibilidades del Banco Europeo de Inversiones», según declaraciones suyas realizadas al diario Leipziger Volkszeitung.
«Nuestro objetivo consiste en superar la crisis de deuda apoyados en dos pilares. Primero, el de una sólida política fiscal, sin la cual no será posible aliviarla. Pero esa medida, por sí sola, no es suficiente. Por lo tanto, es necesario adoptar una postura política para conseguir que los Estados miembros vuelvan a ser competitivos», declaró.
La dirigente, en este sentido, insistió en la necesidad de «abordar reformas estructurales» y «eliminar las barreras que impiden un desarrollo económico saludable».
El anuncio de la mandataria amplía sus declaraciones hechas el pasado viernes en la emisora pública de radio NDR, en las que señaló que un pacto de crecimiento serviría para completar el acuerdo fiscal para una mayor disciplina presupuestaria en Europa.
En esta dirección, rechazó la posibilidad de romper o alterar el mencionado convenio fiscal, como propone el candidato socialista francés, François Hollande, favorito a la Presidencia gala. «No habrá renegociación», aseguró. Eso sí, copió del socialista la propuesta de dar mayor protagonismo al Banco de Inversiones. ¿Será que le ve ya en El Eliseo?
«Lo han firmado 25 jefes de Gobierno, ha sido ratificado por Grecia y Portugal y en Irlanda será objeto de referéndum el próximo mes de mayo», declaró la política, quien, de todas formas se comprometió a trabajar estrechamente con el próximo Ejecutivo francés que salga de las urnas el 6 de mayo por motivos de «responsabilidad política».
Por otra parte, la luz verde del Parlamento de Berlín al nuevo pacto fiscal de la Unión Europea, impulsado por la canciller podría ser aplazado hasta otoño, según advirtió rotundo el líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Frank-Walter Steinmeier.
Así, descartó que la ratificación del Bundestag tenga lugar a finales de mayo, como pretende Merkel. Así pues, la emplazó a que «se acerque a la oposición». A su juicio, es «incomprensible» que el Gabinete no haya respondido a ninguna de las propuestas elaboradas por el SPD y enviadas hace cuatro semanas sobre dicho convenio.
Este acuerdo, uno de los pilares fundamentales de la política económica europea trazada por Merkel, requiere la aprobación de todos los parlamentos implicados. Las conversaciones entre el Ejecutivo alemán, compuesto por Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) y el Partido Liberaldemócrata (FDP), y los socialistas se retrasarían a otoño, si bien podrían reanudarse después del 13 de mayo, día en el que se celebran las elecciones en el land de Westfalia-Renania, el Estado más poblado.
Dichos comicios son claves para el Gobierno, cuyo apoyo en las encuestas no ha sido ratificado aún en las urnas, donde ya acumula tres derrotas consecutivas en las últimas elecciones regionales.
