En los tiempos del correo electrónico, el whatsapp y las redes sociales, los Reyes Magos siguen apostando por abrir una a una las millones de cartas que reciben desde todo el mundo para solicitar a sus majestades los regalos navideños que a lo largo del año van conservando en sus enormes almacenes del lejano Oriente. Mientras ellos preparan sus camellos y la corte real empaqueta los regalos, los emisarios reales acuden a recoger las cartas de los niños para que ninguno quede sin sus ilusiones satisfechas.
La generosidad de la Cofradía de la Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz del barrio del Cristo del Mercado hizo posible ayer que el Cartero Real pudiera cumplir su feliz misión abriendo las puertas de la ermita del Santo Cristo del Mercado para recibir a los niños que se acercaron carta en mano para entregarla directamente al representante real.
Con una mezcla de asombro y pudor ante la presencia del emisario real, los niños fueron poco a poco acercándose hasta el sitial instalado ante el altar de la ermita para darle sus cartas y repetir su contenido de viva voz al cartero para que no quede ninguna duda sobre sus peticiones. Durante la visita, el Cartero Real desplegó simpatía y cariño hacia todos los niños, que se llevaron un dulce recuerdo de su paso ante él en forma de dulces y caramelos.
Para que la tarde fuera completa, la Cofradía del Cristo del Mercado ofreció a la entrada de la ermita un delicioso chocolate con bizcochos a cambio de un donativo voluntario que irá destinado al proyecto de las Misioneras Carmelitas que está llevando a cabo en la República Democrática del Congo, apadrinado por la cofradía.
La visita al Cartero Real fue aprovechada para disfrutar del monumental belén que puede verse en la ermita, en el que se recrea el nacimiento de Jesús con algunos rincones significativos de la ciudad, y que apura sus últimos días abierto al público.
