La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) finalizó en enero de 2016 sus operaciones de rescate en aguas del mar Mediterráneo tras haber logrado salvar la vida a más de 20.000 personas.
“Tras ocho meses en el mar, 20.129 personas rescatadas y más 120 operaciones de salvamento puestas en marcha, el Bourbon Argos, último barco de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras que seguía operando en el Mediterráneo central hasta la fecha, regresó a tierra firme el 30 de diciembre de 2015”, informó MSF en un comunicado.
MSF señaló que el número de personas que cruzan el Mediterráneo en la ruta que sale desde el norte de Libia “se ha reducido mucho en los últimos meses”, principalmente por el empeoramiento de las condiciones climatológicas.
Ese descenso y el hecho de que “a día de hoy hay una cantidad suficiente de actores para lidiar con las necesidades existentes en la zona” llevaron a MSF a tomar la decisión de poner fin a sus operaciones de rescate y salvamento en la zona central del Mediterráneo.
La ONG explicó que sigue operando en el mar Egeo, “donde cada día asiste a cientos de personas que siguen cruzando desde Turquía hasta Grecia ante la falta de opciones para entrar de una manera legal y segura y ante la inacción y pasividad que siguen mostrando la Unión Europea”.
Tras poner fin a sus actividades de rescate en el Mediterráneo, MSF hizo un nuevo llamamiento a las autoridades para que brinden “recursos de rescate adecuados que sirvan para prevenir tragedias en los próximos meses, cuando vuelva a incrementarse la cantidad de llegadas”.
“Ninguna de las personas que hemos rescatado habría logrado sobrevivir a bordo de esas lanchas neumáticas. Se han salvado por el simple hecho de que estábamos ahí”, explicó Paula Farias, responsable de las operaciones de MSF en el Mediterráneo.
“Estamos completamente convencidos de la importancia de las operaciones dedicadas a la búsqueda y rescate de personas, pero nosotros somos médicos y esto no debería ser parte de nuestro trabajo. Esperamos que Europa ponga los recursos suficientes en 2016 y que la presencia de nuestras embarcaciones no sea necesarias de nuevo», indicó Farias
MSF apuntó que, pese al fin de la misión del rescate en el Mediterráneo, seguirá preparada para intervenir en caso de que la Unión Europea y sus estados miembro “no pongan los medios para proteger las vidas de los miles de hombres, mujeres y niños que se espera huyan del norte de África hacia Europa en los meses por venir”. “Tal y como dijimos en mayo de 2015, cuando zarpó el primer de los barcos de MSF, las operaciones permanentes de búsqueda y rescate no son la solución para la migración por mar, son sólo una medida temporal para mitigar la pérdida de vidas causada por las restrictivas políticas fronterizas que obligan a jugarse la vida en el mar en búsqueda de una protección a la que tienen derecho», subrayó Farias.
MSF recordó que 2015, a pesar de los numerosos recursos desplegados en el mar, ha sido el año “más mortal” del que se tiene registro, con “3.771 hombres, mujeres y niños” registrados oficialmente como ahogados o desaparecidos en las costas de Europa.
“Las cifras reales seguramente sean mucho más elevadas, por eso es absolutamente crucial que la UE y sus Estados miembros establezcan recursos dedicados y proactivos para la búsqueda y rescate de personas y que estos sean capaces de reaccionar en el margen máximo de una hora desde que se recibe la llamada de auxilio. Aun así, hay que recordar que las actividades de búsqueda y rescate no pueden detener las muertes en el mar”, aseguró el presidente de MSF España, José Antonio Bastos.
“Lo que detendrá las muertes en el mar, tanto en el Mediterráneo como en el Egeo es la implementación de políticas y prácticas que creen canales legales y seguros hacia la UE y eliminen la necesidad de la población de recurrir a traficantes de personas y a jugarse la vida en el mar para alcanzar las costas de Europa”, concluyó.
