Un equipo médico estadounidense anunció el pasado domingo haber curado a un bebé con VIH, gracias a la aplicación de un cóctel agresivo de fármacos estándar desde el primer día de vida. Este logro, presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas celebrada en Atlanta (EEUU), abre la puerta a una nueva vía para erradicar la infección de niños seropositivos.
La paciente, una pequeña de Misisipi que nació con el VIH, fue tratada nada más nacer en el Medical Center en Jackson, donde estuvo bajo el cuidado del doctor Hannah Gay, un pediatra especializado en este virus quien decidió, teniendo en cuenta que su madre no había recibido ningún tratamiento prenatal del VIH, un régimen a base de tres medicamentos estándar.
Lo normal es que en un embarazo con posible infección al feto se ponga en tratamiento a la madre infectada para reducir el riesgo de transmisión a su hijo, sin embargo, la progenitora desconocía que estaba contagiada, algo que se supo tras nacer el bebé, que fue tratado 30 horas tras conocer su riesgo de contaminación.
Los investigadores creen que el uso temprano de la aplicación antiviral tuvo efecto en la curación del recién nacido al atacar las células conocidas como reservorios virales, que se encuentran inactivas y fuera del alcance de los medicamentos estándar.
Después de iniciar el tratamiento, el sistema inmunológico de la pequeña respondió satisfactoriamente, y las pruebas mostraron que los niveles del virus fueron disminuyendo hasta ser indetectable 29 días después del nacimiento. La menor recibió una cura durante 18 meses, pero luego dejó de acudir a la consulta por decisión de la madre. Cuando la niña regresó al hospital, el doctor Gay observó que no presentaba niveles detectables del virus en las pruebas.
Cautela.
A pesar de la buenísima noticia de la curación de la bebé, los expertos piden prudencia, porque podría tratarse de «un caso excepcional», como los que se dan en ocasiones en la medicina, según señaló el doctor de enfermedades infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid José Luis Casado, quien instó a la cautela a la hora de ver este descubrimiento como una vía hacía la curación.
Antes de cualquier juicio, afirmó el especialista, «este logro debe ser comprobado», ya que «algunos datos pueden no ser correctos o las medidas realizadas contener algún error».
