Al actual Gobierno de España le ha tocado gestionar con total seguridad los momentos más complejos de la reciente historia en nuestro país. Una pandemia mundial por el Covid-19 y todas sus consecuencias, un erupción volcánica en la isla de La Palma y ahora los efectos de una guerra en suelo europeo. Permítanme la broma, pero la verdad que ya sólo falta una ‘invasión alienígena’.
Y ante todo esto yo me pregunto, ¿qué más tiene que pasar en España para que la formaciones políticas de la oposición puedan mostrar su sentido patriótico y de estado, para defender los intereses de toda la ciudadanía y formar un frente común de unión con el gobierno para afrontar en las mejores condiciones la situación? La ciudadanía no merece tener la oposición más radical en los peores momentos.
La ciudadanía no merece tener la oposición más radical en los peores momentos
Qué nivel de ‘filibusterismo político’ cuando no se reconoce el éxito del Presidente Sánchez en la Cumbre de Bruselas al conseguir la ‘excepción ibérica’ que permitirá una rebaja del precio de la electricidad que beneficiará a la ciudadanía y empresas. El liderazgo europeo de Sánchez se demuestra con gestos, como el de parar la cumbre con el famoso: “Me voy a airear un poco”, con hechos constatables y el apoyo de Von der Leyen o Scholz.
Aquí algunos están más ocupados en blanquear a la ultraderecha, incluso de las críticas de medios internacionales como ‘The New York Times’ por el peligro que supone. Por cierto, el diputado por Segovia de Vox, ¿ya está escribiendo el artículo que pide la dimisión de su compañero Espinosa de los Monteros, después de que la justicia demuestre sus irregularidades en ‘su pequeña casa de cinco pisos en Chamartín’ y después de que un juez le embargue el sueldo de diputado y sus cuentas corrientes? El que da lecciones de patriotismo tiene que después cumplir sus arengas o es un ‘trilero sin credibilidad’.
¡Dimisión ya!
El consejo de ministros aprobó ayer el plan para amortiguar el impacto de la crisis sobre las familias y las empresas por el que se movilizarán 16.000 millones de euros: 6.000 millones de euros en ayudas directas y rebajas de impuestos, y 10.000 millones en créditos ICO.
¿Alguien se puede negar? A bonificación mínima de 20 céntimos en cada litro de combustible hasta el 30 de junio para todos los ciudadanos, protección del empleo, evitando el despido (ERTE), revisiones de los alquileres con un límite del 2%. Aumento en un 15% cuantía del ingreso mínimo vital. Extensión a 600.000 familias más del bono social eléctrico, hasta llegar a los 1.9 millones de hogares. Prórroga rebaja impositiva en la factura de la luz: del tipo del IVA al 10% para los pequeños consumidores, el impuesto especial a la Electricidad al 0,5%, así como la suspensión del impuesto a la Generación Eléctrica. Paquete de ayudas de 362 millones de euros para el sector de la agricultura y la ganadería, y otro de unos 68 millones, para el pesquero. Para la industria gran consumidora de energía, 500 millones de euros para compensar los peajes en un 80%, inyección de más de 1.000 millones de euros para el sector del transporte, con un nuevo fondo de 450 millones de euros para ayudas directas a las empresas de transporte de mercancías y de pasajeros, en función del tipo de vehículo: 1.250 euros por camión, 900 por autobús, 500 por furgoneta y 300 por taxi, VTC o ambulancia. Se acorta de tres a un mes el plazo de devolución del impuesto sobre Hidrocarburos, una nueva ley para no permitir el trabajo a pérdidas y un nuevo Plan Nacional de Ciberseguridad con más de 150 actuaciones esenciales, dotado con más de 1.000 millones de euros. Veremos si hay que airearse un poco.
(*) Diputado del PSOE por Segovia.
