Cierro temporada y agradezco a Javier Martín la confianza para asomarme a esta ventana con vistas al deporte segoviano.
Vamos terminando y afrontamos el verano con el cosquilleo de sentir ese olimpismo tan especial también para algunos paisanos que lo afrontan con la esperanza de cumplir sueños. Las olimpiadas ilusionan y diseñan sueños en la mente de niños y adolescentes.
Hoy pongo en valor ese carácter especial que tienen los adolescentes que deciden no abandonar el deporte, algunos, deportistas consagrados y la mayoría, buenos compañeros y jugadores de equipo.
Me quedo con el compromiso de jóvenes promesas como Inés de Benito o Ángela Mañas que sirven de ejemplo de tantos y tantas que este año se enfrentan a la EBAU y que han sacrificado parte de su ocio para seguir entrenando a alto nivel.
Me quedo con quienes hacen posible la práctica deportiva, instituciones que ceden y mantienen instalaciones y profesionales y técnicos que suman al día a día deportivo, programando, madrugando y abriendo puertas de instalaciones, un gracias enorme a Esther (IMD).
Me quedo con mis compis de basket, veteranas disfrutonas, me quedo con jóvenes comprometid@s en la formación que dan pasos como Nerea, Marina, Luna, Nacho, Jaime, Jimena… represento en mi pequeño Enzo, que ha vuelto de sus fracturas con ilusión y una enorme sonrisa, a aquellos que aprenden pronto que es un camino repleto de sorpresas y dificultades.
Me quedo siempre con quien lo intenta, quien trabaja y quien comparte, el talento es importante pero el equipo lo es más. Me quedo con las familias que madrugan, que respetan y que motivan, me quedo con el deporte de base que demuestra que aquí es donde hay que estar.
