El alcalde de uno de los ayuntamientos más jóvenes de España, San Cristóbal de Segovia, convoca en su pueblo a todo el mundo este fin de semana.
— ¿Por qué debemos ir?
—Para recibir el otoño de la mejor manera posible. Tenemos multitud de actividades del jueves 9 al domingo 12 y a todos los que quieran visitarnos los recibiremos con la mayor alegría.
— ¿Cuál es el acto que más le gusta?
—El pregón, la elección del rey y la reina y el desfile de peñas. Y también la procesión con la Virgen del Rosario, que es muy entrañable.
— ¿Qué papel juegan las asociaciones en las fiestas?
—La comisión de festejos que la conforman representantes de las peñas son el alma. Desde enero ya organizan actos y recaudan fondos para pagar actividades de las fiestas, como discomóviles o charangas.
— ¿Cómo se crea sentimiento de identidad en un pueblo joven como el suyo?
—Pues con la participación de la gente. Es la gente la que fija las tradiciones, como el tardeo, que atrae a mucha gente y se ha consolidado como actividad fija.
— ¿O el lanzamiento de carretilla?
—Sí, es lo que parece, lanzar una carretilla vieja lo más lejos posible. Son propuestas que se acogen y algunas cuajan y otras no.
— Si pudiera pedirle a la Virgen del Rosario que solucionase un problema del municipio, ¿cuál sería?
—Hay algunos problemas que parecen que no existen para los ciudadanos, pero están ahí. Nosotros llevamos más de 20 años con un problema con la concesión de agua. En todos los municipios de la Atalaya tenemos una concesión de agua de 30 litros por segundo y el consumo es de 60 litros por segundo. Cualquier desarrollo urbanístico que presentamos nos es denegado porque no tenemos la concesión administrativa de agua necesaria. No es un problema de escasez de agua, sino un problema administrativo que arrastra la Confederación Hidrográfica del Duero. No afecta a los vecinos actuales, pero sí a los futuros, porque impide que se desarrollen procesos urbanísticos.
— Qué se puede hacer para facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes del municipio?
—Tenemos una población joven muy importante y estamos trabajando para que todos esos jóvenes puedan tener la posibilidad de quedarse a vivir en San Cristóbal, desarrollando suelo e intentando crear espacio para que se construyan viviendas. En San Cristóbal no hay viviendas vacías. Cualquier casa que salga a la venta o a alquiler en una semana está resuelto. El ayuntamiento no tiene suelo, éste es de los vecinos. Estamos desarrollando un sector de suelo urbano no consolidado que promueve el ayuntamiento para construir 60 viviendas. El 30% de éstas serán destinadas a viviendas sociales. Es un camino a medio plazo pero ya llevamos dos años trabajando en este sentido y esperamos hacerlo con otras bolsas de suelo del municipio.
— ¿Qué logros ha conseguido en sus años de mandato?
— Cuando hace 25 años nos independizamos de Palazuelos, San Cristóbal carecía de todas las infraestructuras necesarias. Hoy tenemos un pabellón deportivo, un consultorio médico, un edificio con un teatro municipal donde caben más de 350 personas, un frontón nuevo, pistas de pádel, jardines piscinas, un colector de aguas residuales, caminos peatonales acondicionados para comunicarnos con Segovia y Trescasas… son muchos los aciertos que hemos logrado entre todos.
— ¿Y en el debe?
— Quizás no haber sabido comunicar bien algunas de las ideas que hemos realizado.
— ¿Qué le motiva para seguir adelante?
— Mi abuela era de San Cristóbal, yo llevo más de 20 años aquí, y ver el crecimiento y la evolución que ha tenido es lo que me motiva a seguir mejorando la vida de los que vivimos aquí.
— ¿Cómo le gustaría ver San Cristóbal cuando abandone su mandato?
— Como el municipio en el que todas las personas que quieran quedarse a vivir en él, los que son hijos del pueblo, tengan la posibilidad de hacerlo, no como nos ha pasado en los últimos años, que gente de San Cristóbal se ha tenido que ir a municipios cercanos porque aquí no había posibilidad de vivir. Eso depende en gran parte de que podamos generar suelo y nueva construcción. Tras años en que ha estado todo parado, ahora hemos avanzado un poco en este sentido, pero hace falta trabajar más. Me gustaría que mis hijas tengan la posibilidad, si quieren, de quedarse a vivir en el que ha sido su pueblo de toda la vida.
