La tradicional matanza cobra especial protagonismo en numerosos pueblos segovianos durante estos meses de invierno, convirtiendo la demostración culinaria y gastronómica, en una jornada festiva y de convivencia, que mantiene su valor ancestral en el tiempo, la matanza del cerdo y el aprovechamiento de todas sus ricas viandas.
Un buen grupo de vecinos de Añe y amigos de la localidad, celebraron durante el pasado fin de semana, el célebre ritual castellano durante tres días. La matanza de los cerdos, dos hermosos ejemplares de 178 y 152 kilos cada uno, siguió la costumbre del proceso llevado a cabo toda la vida.
El viernes, una vez que fueron sacrificados los cerdos, fueron chamuscados con pajona y posteriormente se abrió y limpió. El sábado, comenzaron las labores de destace por la mañana, para ya disponerlo a lo largo del día para su degustación, que continuó hasta el domingo.
Tres jornadas compartidas en torno a esta demostración y exquisito manjar, que lleva celebrándose en el pueblo desde hace unos ocho años, y a la que una vez más, se viene uniendo un grupo de unas veinte personas procedentes de Oviedo(Asturias), con vínculos de amistad y arraigo en el pueblo, que participan en la degustación y el ambiente.
La plaza Mayor, fue el espacio sobre el que se realizaron las distintas tareas, todo bien organizado en torno a con planchas, sartenes y parrillas pertenecientes al grupo. Mientras que la música de la dulzaina y tamboril, amenizaba el momento, en el que también se compartía un vino.
Entre los ricos manjares, los asistentes, disfrutaron de la carne a la plancha, la panceta, los torreznos; cena de patatas cocidas con sangre y hígado, el lomo, etc. Esta fiesta culinaria y festiva, compartida en un buen ambiente de armonía y amistad, también contó con el reparto de regalos entre los asistentes, bien en lotes de carne, vino..detalles más o menos para todos, que pusieron la nota simpática al encuentro.