“La imagen que tengo de Oriente Próximo es la de mis amigos”. Mario Cuesta Hernando (Madrid, 1980) lleva un mes presentado por toda España ‘Por encima de mi cadáver’, que describe como el libro de un viajero sin paciencia por Siria, Líbano y la Turquía kurda. El próximo miércoles estará en Segovia para contar la gestación y derivaciones de esta historia que reivindica Oriente Próximo desde la cercanía de los personajes que conoció en dos etapas, 2009 y 2011, sin renunciar al humor y al optimismo.
Algo tuvo que ver su familia segoviana de Olombrada, según cuenta, porque desde siempre le ha gustado la historia y quedó prendado del Mudéjar de la comarca de Cuéllar, lo que le llevó a interesarse por al-Ándalus y, en consecuencia, eso le dirigió hacia los Omeyas y a Damasco. En 2009 consiguió una beca de la Fundación Delfina para realizar un documental en la capital siria. Reconoce que llegó allí con muy poca información sobre lo que era Oriente Próximo: “eso me permitió no tener que derribar primero un montón de prejuicios para construir una nueva imagen, formarme desde el comienzo una más ajustada a la realidad, que al final son las personas que la habitan”, asegura.
Lo que empezaron siendo unas notas en un cuaderno durante un viaje en solitario en 2011 por Líbano y el sureste turco, con la mente en Siria y en sus amigos sirios, acabó siendo este libro (editado por Ediciones del Viento) que se está vendiendo bien y ha tenido una excelente repercusión mediática. Sirva como ejemplo que la edición española de Vanity Fair lo ha recomendado, junto a otros doce, para regalar en el Día del Libro. Cuesta asegura que cuando escribía esas notas no pensaba en publicar nada de eso pero, animado por amigos, el libro salió a la luz en marzo y está satisfecho porque cree que ha conseguido que el lector “sienta Siria y Oriente Próximo en general un poco más cercano, no solo geográficamente, sino que piense ‘pues no es tan diferente’, una proximidad emocional”.
El anecdotario de viajero impaciente, y algo testarudo en ocasiones, se entremezcla con situaciones sorprendentes pero, sobre todo, una mirada humana, amable. Mario se confiesa optimista pero desde una vertiente no militante. “No hago del optimismo una bandera, es la forma natural en la que yo he ido descubriendo lo que me rodea… Por horrible que sea la situación en Siria, mis amigos sirios son gente encantadora, divertidísima, muy inteligentes. Me es imposible concebir que lo que está ocurriendo allí no es transitorio; la guerra va a acabar en algún momento y esa gente estupenda que he conocido va a reconstruir el país”.
Aun así, su mujer, a quien conoció en Damasco en 2009, es medio palestina, de Gaza, y admite que siguen a diario todas las noticias sobre Oriente Próximo “con muy poca distancia y con mucha preocupación”. Reconoce asimismo que durante su estancia en Damasco sentía “cierta estabilidad, porque lo que conocí, sobre todo, fue gente de clase media, con estudios; mis amigos jamás hubieran pensado que iban a tener que exiliarse. Era un país con un Gobierno muy duro y, lógicamente, como en cualquier lugar del mundo, eso genera un rencor entre la población, y eso siempre es un campo de cultivo para explosiones de violencia”. Añade que ha sido como una explosión que ha generado una gran onda expansiva en Siria y “personas que nunca pensaron que formarían parte del conflicto se han visto rodeados de guerra, lo han normalizado y han pasado de tener una tienda en la que vendían radiocasetes a estar con una AK-47 disparando en Alepo”.
Si algo le gustaría a este periodista y guionista de televisión —ha trabajado, entre otros, con Jesús Calleja en ‘Desafío extremo’— es que se destierre la imagen fija de que Oriente Próximo significa guerra y conflicto, la actitud de “es que siempre están a tiros, es absurdo hacer nada para ayudarles” que cuestiona por “absolutamente falsa”, y no contribuye a la racionalidad.
Está previsto que la presentación de ‘Por encima de mi cadáver’ en Segovia, con alguna sorpresa, comience a las 19,30 horas el próximo miércoles, día 29, en Librería Intempestivos (calle Teodosio el Grande, junto al Acueducto).
