Solo un día después de que las Fuerzas de Seguridad danesas retuvieran en sus calabozos a casi un millar de activistas durante algunas horas, las protestas volvieron a protagonizar ayer la Cumbre climática, y se tradujeron en la detención preventiva de otros 200 manifestantes, que se dirigían al puerto de Copenhague con el propósito de parar la actividad comercial de grandes corporaciones contaminantes.
Medio millar de personas se congregaron junto al céntrico Trianglen para dirigirse hacia el puerto, pero un fuerte dispositivo policial frenó a los activistas unos 500 metros más adelante y procedió a las detenciones, por considerar que se trataba de una concentración ilegal, y para prevenir posibles incidentes.
Con todo, pese al ambiente de crispación que se vive en las calles, la cita mundial para frenar el cambio climático que se está desarrollando desde el pasado lunes cumplió su primera semana con un ambiente de relativo optimismo, gracias a la posibilidad de que se alcance un acuerdo satisfactorio entre los países desarrollados y las potencias emergentes.
En vísperas de entrar en la recta final, la ministra danesa y presidenta del evento, Connie Hedegaard, felicitó a los asistentes por mostrar «su voluntad política», a pesar de los «muchos desafíos y problemas no resueltos». «Pero dado que empiezan a llegar los ministros, hay también voluntad política, y las negociaciones están siendo productivas», sentenció.
En esa misma línea, el ministro indio de Medio Ambiente, Jairam Ramesh, expresó el optimismo en las negociaciones. «Ciertamente, es posible el acuerdo. Si todos nosotros confiamos los unos en los otros y si tenemos valentía y convicción, podemos llegar a un acuerdo justo y equitativo en Copenhague», declaró en una de las sesiones del fin de semana.
No obstante, el responsable de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, puso de manifiesto las diferencias existentes entre los dos principales emisores de gases de efecto invernadero del planeta, China y Estados Unidos. «China está pidiendo a Obama que dé un paso adelante. Y EEUU reclama a Hu Jintao que no se quede de brazos cruzados. Espero que en los próximos días todo el mundo pida a todo el mundo que haga más», aseveró. El directivo explicó que, al menos, los dos principales contaminantes planetarios se reclaman mutuamente la necesidad de actuar.
Respecto al millar de manifestantes que el sábado fueron detenidos por la Policía, prácticamente todos fueron puestos en libertad, aunque aún permanecen 13 en comisaría.
Algunos de ellos declararon que fueron retenidos de forma «injusta» y fueron maltratados por los agentes. «Nos arrestaron sin motivo. Nos estábamos manifestando pacíficamente», afirmó Hana Nelson, estudiante de 24 años de Halifax (Canadá), que fue puesta en la calle sin cargos pocas horas después de ser apresada.
La razón de que se haya recluido a tanta gente se debe a la aplicación de una ley que permite detenciones preventivas de hasta 12 horas, ante la posibilidad de que se produzcan incidentes. Esa normativa forma parte de un paquete especial aprobado hace un mes por el Parlamento danés ante los probables altercados durante la gran reunión que busca un pacto internacional para luchar contra el cambio climático.
